La recurrencia al método absolutamente opaco y manipulable de las “encuestas” de opinión pública para determinar candidaturas en Morena provocó ayer un primer de-sacuerdo público que puede evolucionar hacia una rispidez en la élite de la llamada Cuarta Transformación (Ll4T), que puede desembocar en escisiones.
“Cuchareadas”, como han sido señaladas por sistema las encuestas que hacen otras instancias políticas o demoscópicas, al ser utilizadas por el alto mando morenista para definir candidaturas parecieran haber alcanzado una categoría de dogma: los simpatizantes, militantes y aspirantes a cargos de elección popular deben creer ciegamente en ellas aunque, dado que son dogma, no haya ni siquiera evidencia documental o administrativa de su paso por la Tierra (una solicitud a las instancias de transparencia tuvo como respuesta que no hubo registro contable de pago por las presuntas encuestas esgrimidas por Mario Delgado para sustentar las designaciones, que así lo serían por dedazo).
El mismo ejecutante de las maniobras del engaño reciente ha dicho que para el cargo mayor, la candidatura presidencial de 2024, Morena debería optar por el método tan demeritado. El filósofo Enrique Dussel, secretario de formación política del comité nacional de Morena, aceptó semanas atrás que las susodichas encuestas fueron el disfraz del dedazo. El académico John Ackerman ha dicho que no ha visto una sola encuesta real (bit.ly/3wFZXwP).
Y ayer saltó en contra del uso de las encuestas uno de los precandidatos de Morena que el Presidente de la República no ha querido mencionar por su nombre y apellido, Ricardo Monreal Ávila, a quien sólo se le ha concedido en la lista oficial de aspirantes a 2024 el que se considere involucrado en el rubro genérico de “coordinadores parlamentarios” que incorporó el presidente López Obrador.
Monreal, quien tuvo un pie fuera de Morena en 2018, a causa de la “encuesta” jamás conocida que habría dado por ganadora interna a Claudia Sheinbaum para la contienda por la capital del país, dijo que tal método está muy desgastado, agotado y cuestionado, “por lo que sería bueno buscar métodos distintos”.
Otro aspirante, Gerardo Fernández Noroña, aunque no está afiliado a Morena ni al Partido del Trabajo, también ha advertido que debe darse un ejercicio transparente, consensuado y absolutamente confiable en una eventual encuesta para definir 2024 o realizar elecciones primarias entre militantes de partidos de izquierda.
El punto crítico está en que crece la oposición a la continuidad de las tales encuestas, aunque en Palacio Nacional se insiste en mantener tal opción en aras de la unidad de la Ll4T y su viabilidad electoral en el crucial 2024.
En otro tema: ante los señalamientos de corresponsabilidad en el montaje de la detención en vivo de Florence Cassez e Israel Vallarta, la entonces productora, Azucena Pimentel, pasó de la coordinación de comunicación social de la Presidencia de la República a la dirección de Aprende MX, área que se dice será fusionada o absorberá a la dirección de Televisión Educativa, todo en el ámbito de Delfina Gómez como secretaria de Educación Pública.
En medio de esos cambios de mandos en esa área educativa, empleados reportan que su contrato de trabajo por honorarios venció el 31 de marzo pasado y, aunque continúan laborando, “de abril a la fecha no tenemos contrato y, obvio, no nos han pagado y nos dicen que no hay fecha para que nos paguen. Nos comentan que se tiene que llevar a cabo una licitación y, en cuanto ésta inicie, le calculemos de dos a tres meses para que puedan liberar el dinero. Es una situación muy crítica para todos nosotros, ya que van más de tres meses sin cobrar”.
Y, mientras la violencia sigue imparable, como pudo verse ayer en ataques de un cártel del crimen organizado en municipios de Michoacán y, el martes, en la liberación forzada de un jefe delictivo en una sede policiaca de Reynosa, ¡hasta mañana!
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