Ciudad de México. Aunque muchas personas dedicadas al circo se vieron obligadas a cambiar temporalmente de rubro, gastar sus ahorros o irse del país como consecuencia de la pandemia, la mayoría todavía está dispuesta a volver a presentarse y recuperar su actividad.
Ernesto de la Cruz, coordinador de uno de los espectáculos más importantes del Circo Atayde Hermanos, considera que la labor a la que se dedica desde hace 35 años se ha salvado gracias al gusto que el público mexicano tiene por el arte circense.
“Podemos decir que de lo malo y de lo terrible que fue hubo muchas cosas bonitas, porque sentimos la solidaridad del público que quiere al circo”, contó De la Cruz en entrevista. Para él, su trabajo tiene la virtud, a diferencia de otras formas de entretenimiento, de ser un espectáculo para toda la familia.
Mientras no podían presentarse, los artistas circenses que se quedaron en las carpas optaron por ofrecer las golosinas que se suelen vender durante las funciones. También gracias a muchas personas y el apoyo de autoridades locales una buena parte ha podido volver a los escenarios conforme el semáforo epidemiológico lo ha ido permitiendo.
“Alegría por volver”
“La gente que está en el circo no es por necesidad, es porque le gusta”, puntualizó De la Cruz. De esa manera en el Circo Atayde comenzaron a ofrecer espectáculos en algunos teatros y foros, “se integró un espíritu de colaboración, de alegría por volver a hacer lo que siempre has hecho, y esto habla de que la gente de circo verdaderamente ama su trabajo”.
A pesar de no poder desempeñar su actividad a plenitud, los artistas siguieron ensayando y practicando malabares, acrobacias, magia y demás actos. Ahora todo ese trabajo podrá finalmente apreciarse bajo una tradicional carpa, la Astros (ubicada en calzada de Tlalpan), lugar que la compañía reserva para sus mejores espectáculos.
Con Bardum, el Show, el Circo Atayde Hermanos presentará cuatro actos principales a los que han denominado “las cuatro maravillas del circo”. En medio de ellos, otros clásicos del arte circense estarán acompañando al espectáculo.
El primero de los actos principales es el péndulo fantástico, en que un hombre desafía las alturas sobre una estructura metálica; se presentará también el globo de la muerte, donde habilidosos motociclistas dan vueltas dentro de una esfera que se mueve a velocidad vertiginosa; el tercero es el acto de trapecistas, en el que expertos demuestran sus destrezas al surcar los aires, y finalmente estará el hombre bala, en el que un proyectil humano es disparado a gran velocidad.
Etapa de cambios
Además de la crisis provocada por la pandemia, el circo ya experimentaba una etapa de cambios. Con la restricción para usar animales, las compañías tuvieron que desprenderse de muchos espectáculos y de las criaturas que tenían bajo su custodia. Para Ernesto de la Cruz, sin embargo, la prohibición fue un error.
Explicó que aunque los animales con los que trabajaban eran exóticos no eran salvajes al no haber sido capturados en sus hábitats naturales, sino que eran nacidos en cautiverio. “Es contraproducente maltratar a los animales, porque se estresan”.
Además del costo de un animal, también están los cuidados y gastos que se requieren cubrir. Alimentos adecuados, veterinarios especializados, entrenadores, talabarteros y otros oficios eran necesarios y fueron retirados de la industria. “Tú no puedes golpear a un animal porque se vuelve arisco, malo”, defendió.
De la Cruz también considera que la medida fue “una ley que mató a muchos animales”. Al estar acostumbrados al contacto humano y ciertos cuidados, algunos especímenes trasladados a zoológicos terminaron muertos. Las compañías han tenido que recurrir a otros atractivos para que la gente siga visitándolas.
Bardum, el Show se estrenará el viernes y tendrá funciones todos los días hasta el 15 de agosto en la Carpa Astros de la Ciudad de México. Las entradas se pueden adquirir en las taquillas del lugar.