Como ajedrecista experimentado, el secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, explica que en el tablero de la seguridad la mejor defensa es el ataque y advierte que cada vez que se destruye una célula criminal se previene el delito, así se ha logrado disminuir el índice de ilícitos. “La policía ya no puede ser sólo el uniforme”.
García Harfuch aún no cumple 40 años, pero admite que nunca ha querido ser otra cosa que policía. “No he caído en ninguna tentación”. Empezó su trabajo entre los 25 o 26 años de edad, y “no hemos hecho otra cosa más que ser policías”. El secretario de Seguridad Ciudadana prácticamente vive en uno de los pisos del edificio de la dependencia. No hay horas de descanso, por eso allá, en el rincón más alejado de su despacho, hay una cama en la que aprovecha los pocos momentos de calma que le brinda el puesto.
–¿Y la corrupción, secretario? ¿La corrupción de los azules?
Un policía corrupto es un delincuente. “No estamos haciendo distinción entre un delincuente que esté en la calle y un delincuente que se nos pueda colar dentro de la institución, y así se le trata, como delincuente, no se hacen diferencias. El área de Asuntos Internos era una en la que, sin querer generalizar, la gran mayoría de los casos quedaba en una sanción. No había una consecuencia real. Ahora tenemos un área que tiene las mismas facultades de investigación cuando se entera de un delito cometido por un elemento de la secretaría, y se le trata igualito que si se tratara de un delincuente”. El funcionario niega que la oficina de Asuntos Internos pueda convertirse en un instrumento dedicado a perseguir por perseguir, “porque el trabajo que hacen los policías en la calle muchas veces es heroico. Se busca hacer justicia, nada más”.
De regreso al tema de la prevención, el secretario marca la diferencia entre lo que sucedía antes y los resultados expuestos ahora: “Nuestra esencia sigue siendo 80 por ciento preventiva, pero fue una policía 100 por ciento preventiva, desde su creación, hace más de un siglo. Cuando nos integramos al equipo de la doctora Claudia Sheinbaum, lo que planteamos es que esta secretaría tuviera facultades de investigación, entonces se envió una iniciativa de ley que se aprobó por unanimidad. No podemos esperar que por medio de un cuerpo de policía que sólo se dedique a detenciones en flagrancia, baje la delincuencia.
“Necesitamos darle seguimiento a un delito desde que se comete. Darle seguimiento hasta que se pueda detener a los delincuentes. Obtenemos información desde que sucede el ilícito en la calle, datos que se convierten en inteligencia que ya no se queda sólo para el consumo interno. Traducimos esa inteligencia, con las nuevas facultades, en actos de investigación debidamente integrados a una carpeta de investigación, y estamos convencidos de que eso hace la diferencia.”
Y ahora va a fondo: “La prevención del delito la hacemos en dos vías –ese es el proyecto de la doctora Sheinbaum– y por eso hemos visto la reducción de los delitos que antes no bajaban en su incidencia. No quiero decir que tenemos el problema de la inseguridad resuelto, no, sólo que vamos por buen camino”.
Hace apenas unos días se dieron a conocer las cifras comparadas de la incidencia delictiva de enero a junio durante los años 2019, 2020 y 2021. Así, el homicidio doloso, que alcanzó la cifra de 816 en 2019, tuvo una reducción para el año siguiente a 664 y a 512 en el primer semestre de este año, y el robo a pasajero a bordo de microbús se redujo hasta en 70 por ciento, dicen las cifras de la misma SSC.
Justifica también sus métodos de trabajo para la prevención de los delitos futuros: “juntamos la información, la analizamos, pero sobre todo la procesamos y la explotamos con nuestra policía en los operativos que realizamos. Hacemos prevención con patrullajes, con retenes, aumentando las capacidades de los 867 cuadrantes de la policía que tenemos en la ciudad. Tenemos una participación mucho más activa con vecinos en sus reuniones. Nos allegamos información, y eso está muy bien, pero repito, lo que ha hecho la gran diferencia es investigar para prevenir”.
Luego abre los ojos y entrelaza los dedos de las manos para reconocer que “va a ser difícil cambiar la percepción ciudadana sobre la seguridad sólo con cifras. La seguridad requiere constancia, una estrategia de seguridad bien definida y evaluación continua, mes con mes, cada tres meses, de lunes a domingo. Bajar la incidencia delictiva y limpiar en lo interno la institución será fundamental para cambiar la percepción. Eso no se logra de la noche a la mañana”.
–Una buena parte de los elementos de la policía no habitan en la Ciudad de México. ¿Eso no impide un compromiso real con esta capital, no se fracturan las lealtades?
–Es muy buena observación. No, no se fracturan las lealtades hacia la ciudad ni los compromisos tampoco, porque si bien muchos de nuestros compañeros, una parte importante vive en el estado de México y son originarios de esa entidad, la policía genera un espíritu de cuerpo y amor por la institución; pero, además, nuestros compañeros saben que de aquí mantienen a sus familias y eso genera lealtad a la institución. Creo que su compromiso, el de nuestra policía, su lealtad y su compromiso se hace evidente cuando los vemos en la calle en acciones que muchas veces son heroicas.
–Hay un tema que no puede pasar inadvertido, la corrupción en el sistema judicial. Ya se ha dicho en la mañanera, pero también lo ha reconocido el presidente de la Suprema Corte de Justicia, ¿qué pasa entre el Ministerio Público y la policía?
–Hemos hecho un gran equipo con la fiscalía que se nota en que ya no existe la famosa puerta giratoria que permitía impunidad. Ahora tenemos que el año pasado se hicieron más de 500 cateos, este año ya se han hecho más de 400 en los puntos generadores de violencia con una buena cantidad de detenidos, y 85 por ciento de éstos tienen prisión preventiva oficiosa. Hemos ido corrigiendo operativos que antes hacíamos, poníamos a disposición y se caían, como decimos comúnmente, salía libre el delincuente. La Fiscalía y la policía estamos afinando los errores de cada quien para que esto ya no pase. La coordinación con la fiscalía ha aumentado muchísimo.
Los problemas de la ciudad se han multiplicado, ahora hay bandas formadas por delincuentes de origen extranjero, pero también el aumento exponencial de motocicletas, desde las que se cometen ilícitos, son parte de los dolores de cabeza del secretario García Harfuch.
“En el caso de las bandas, este año, simplemente, hemos desarticulado tres células delictivas con participación de extranjeros que operaban en la Ciudad de México, los delitos principalmente son robo a casa habitación y extorsión. En los dos renglones hay bajas sensibles en la incidencia.
“En el caso de las motocicletas, se han hecho operativos exitosos en la alcaldía Cuauhtémoc y se extendió a Venustiano Carranza, en ese trabajo hubo coordinación con la Subsecretaría de Tránsito, participó de manera sobresaliente el área de inteligencia policial.”
Reconoce la dificultad que representa identificar a esos vehículos cuando no están en el registro vehicular, no tienen placas, pero advierte que hay un trabajo de seguimiento por medio de las cámaras instaladas en la ciudad para que no se cometa el error de detener a un inocente.
El secretario de Seguridad Ciudadana mata la entrevista y habla del plan de futuro inmediato: “La gente tiene que ver a su policía operando todos los días combatiendo cualquiera de los 16 delitos de alto impacto que suceden en la ciudad, y eso vamos a hacer”.