Un grupo de hombres armados que vestían uniformes de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) liberó la noche de ayer a José Alfredo Hernández Campos, Metro 27 y/o Comandante Calamardo, presunto cabecilla del cártel del Golfo en la región Ribereña, del edificio de la Policía Ministerial Investigadora en la ciudad de Reynosa, Tamaulipas.
El rescate del presunto capo criminal, acusado de narcotráfico, secuestro y trata de personas, entre otros delitos, se llevó a cabo alrededor de las siete de la noche, 24 horas después de que había sido capturado por elementos del Grupo de Operaciones Especiales (GOPES), de la Secretaría de Seguridad Pública estatal, y la Guardia Nacional, en el municipio de Díaz Ordaz.
Según fuentes policiacas y testigos, el Metro 27 era trasladado al edificio de las celdas de la Policía Ministerial del Estado cuando irrumpieron pistoleros a bordo de al menos cinco camionetas.
Emboscaron a los oficiales que conducían la patrulla que transportaba a Hernández Campos y con disparos al aire los obligaron a hacer alto para en seguida sacar al Comandante Calamardo de la unidad y llevárselo.
Según fuentes policiales, el presunto miembro del cártel del Golfo estaría oculto en colonias de esta ciudad fronteriza, por lo que agentes de diversas corporaciones mantenían sitiada, al cierre de la edición, la Carretera Ribereña rumbo a Díaz Ordaz para evitar que José Alfredo Hernández Vázquez escape hacia la zona donde tiene dominio.
De acuerdo con los informantes, existía el temor de que la banda de Los Metros sacara al Metro 27 de Reynosa por alguna de las brechas poco vigiladas de la carretera que conduce a Monterrey, por lo que también por ese rumbo había operativos con helicópteros y patrullas.
Al cierre de la edición, fuentes castrenses revelaron que con posterioridad al rescate del líder delincuencial se produjo una persecución y tiroteo en el que las fuerzas de seguridad abatieron a por lo menos un pistolero.
El vocero de Seguridad estatal, Luis Alberto Rodríguez, contactado por el rotativo El Mañana de Reynosa, para solicitarle información al respecto, dijo: “estamos en espera del informe oficial de los hechos”.
Reynosa está sumida en una ola de violencia que comenzó el pasado 19 de junio, cuando un comando mató a 15 personas en distintas colonias de esa ciudad fronteriza limítrofe con McAllen, Texas, suceso que mantiene a esta localidad semiparalizada y prácticamente bajo toque de queda, pues a partir de las 18 horas sus calles quedan desiertas.