En un Juego de Estrellas de Grandes Ligas en que los mejores enfrentan a sus iguales, destacar tiene aún más mérito. Y anoche dos jugadores robaron la atención: el dominicano Vladimir Guerrero Junior, jugador más valioso que alcanzó la marca de 200 cuadrangulares, y el japonés Shohei Ohtani, primer pelotero en participar en esta clase de partidos como pícher y bateador. La victoria fue para la Liga Americana por 5-2 sobre la Liga Nacional en el Coors Field en Denver, Colorado, para extender su ventaja de 46 a 43 juegos ganados. Este fue el octavo triunfo al hilo del joven circuito, ya que la Nacional no gana desde 2012, cuando blanqueó 8-0.
Guerrero rindió tributo a su padre con un guante ilustrado con una fotografía en la que aparece junto a él de niño y con uniforme, con los Expos de Montreal. Con el tablazo que conectó anoche, de 142 metros, el dominicano se convirtió en la tercera dupla de padre e hijo que han pegado jonrones en un Juego de Estrellas.
Antes lo habían conseguido Ken Griffey y su heredero, así como la dinastía de Barry Bonds.
Ohtani llegó precedido de gran expectación y cumplió con su fama. Abrió desde el montículo y se apuntó la victoria con la Americana. Con una recta de 100 millas por hora, el japonés resolvió a la perfección la primera entrada por el nuevo circuito. En la caja de bateo, se fue de 2-0 con un par de rodados. Lo privó de un hit una buena jugada defensiva en el comienzo del encuentro.
Por un momento, parecía que toda la atención estaba en el pelotero sensación de los Angelinos de California, al reanudarse el clásico de mitad de campaña, que no pudo realizarse en 2020 por la pandemia.
Ohtani es líder jonronero de las Grandes Ligas y uno de los mejores lanzadores de la Americana. Lo relevó Lance Lynn en el montículo en la segunda entrada. Pero por un ajuste en las reglas realizado pensando en el astro asiático, Ohtani pudo continuar como bateador designado. Se marchó en el quinto acto, sustituido por un bateador. Los jugadores de ambas cuevas estaban recargados en las vallas, para observarlo.
Jared Walsh, compañero de Ohtani en los Angelinos, también hizo una hazaña cuando se deslizó para capturar en el jardín izquierdo una línea que salió del bate de Kris Bryant. Evitó así una catástrofe con las bases llenas en la octava entrada.
(Con información de Ap y Afp)