La compañía Teatro de los Sótanos, que fusiona arte contemporáneo con el cabaret, ofrecerá una temporada con tres obras de su repertorio del 15 de julio al 1º de agosto en el Foro de las Artes del Centro Nacional de las Artes, dentro del ciclo Carrusel Teatral. Las piezas son: El país de las metrallas o Ratatatatataplán (2011), Por temor a que cantemos libres (2018) y La vida en Chaka (2019).
Lizeth Rondero, cofundadora de la agrupación en 2005, con Felipe Rodríguez, expresa que Teatro de los Sótanos nació cuando eran estudiantes de la carrera de literatura dramática y teatro en la Universidad Nacional Autónoma de México, de un trabajo práctico-académico con el que se titularon.
Su primero objetivo como compañía era “pronunciarnos como creadores escénicos. Es decir, a partir de los impulsos, las curiosidades, la inquietud de la actuación es que se elaboran los proyectos artísticos, y no al revés. Queríamos plantarnos en la escena mexicana como un grupo de actores que escriben sus propios textos, montan sus propias obras y tienen su propia propuesta escénica”, señala Rondero en entrevista.
Hacia ese fin convocaron a especialistas de diferentes áreas –escenógrafos, directores musicales, músicos y coreógrafos–. “Posicionarnos como directores artísticos de los proyectos nos permitió no bajarnos del escenario, ya que se trataba de que la compañía funcionara a partir de ser actores y proporcionar nuestro trabajo”, detalla la actriz.
Con el tiempo Rondero y Rodríguez se especializaron en diferentes áreas, entre otras, como productores. Rodríguez también se convirtió en dramaturgo y es quien escribe los textos de la compañía. En vista de que lo musical es fundamental dentro de sus narrativas dramáticas, Rondero perfeccionó el canto.
La propuesta artística de Teatro de los Sótanos se resume en cuatro puntos básicos. Primero, “éste es un teatro originado y sustentado por los actores”, dice la entrevistada. Luego, se busca compartir con el público “un teatro de técnicas escénicas depuradas y siempre actualizadas”. Ejemplifica, “si vamos a utilizar títeres en un proyecto, entonces, somos titiriteros”.
Un tercer punto consiste en siempre ser un teatro vinculado a la realidad político-social. Esa premisa nació del espectáculo Lejos, volar, surgida de la historia personal de Rondero. Se dieron cuenta, sin embargo, que había que hablar “más allá de lo que sentían como actores”. Con esa idea en mente comenzaron a encarrillar todos sus proyectos.
Así nació El país de las metrallas o Ratatatatataplán, pieza que retoma la revista política mexicana, con la que la compañía cobró mayor fuerza en la escena nacional. A partir de ella cayeron en cuenta que les interesaba que “lo privado tuviese un impacto y una relación directa con el acontecer nacional y social”, apunta Rondero. Es un discreto homenaje a reporteros y fotoperiodistas asesinados en México.
Finalmente, Teatro de los Sótanos siempre ofrece una dramaturgia propia. Hasta el momento no han abordado textos que no sean de su autoría.
Respecto a las otras dos obras en el programa, Por temor a que cantemos libres, es un monólogo musical con tintes de cabaret y teatro contemporáneo. Rondero interpreta este monólogo con “perspectiva de género”. La vida en Chaka, ópera posneobarroca cabaret para el México de la colonia (pobre) es la obra más reciente de la compañía.
El país de las metrallas o Ratatatatataplán se presentará del 15 al 18 de julio, Por temor a que cantemos libres, del 22 al 25 de julio, y La vida en Chaka… , del 29 de julio al 1º de agosto. Los jueves y viernes las funciones son a las 20 horas; sábados, a las 19 horas, y domingos, a las 18 horas.