La Cepal ha vuelto a señalar el retorno de América Latina a las tasas mediocres de crecimiento del producto para 2022 y hacia adelante, incluido México. La tendencia actual “no alcanzará para asegurar un crecimiento sostenido, ya que los impactos sociales de la crisis y los problemas estructurales de la región se han agudizado y se prolongarán durante la etapa de recuperación”.
En los países centrales veremos fuertes aumentos del crecimiento, derivados de un impulso fiscal sin precedentes. En los países periféricos el marco neoliberal financiero les prohíbe el crecimiento apoyado en el aumento de la deuda en moneda propia. Veremos, por tanto, durante los próximos tres o cuatro años, el crecimiento global más desigual que hayamos visto. Los países periféricos se volverán relativamente más pobres. Más allá del lapso señalado, es dudosa la continuidad del crecimiento en los países centrales. Lo más probable es que vuelvan a la senda de cuasiestancamiento, acentuada a partir de 2007. Por supuesto, la marcha de la pandemia puede modificar todo.
Sin incremento de la inversión no hay aumento del empleo, ni de la productividad; todo lo cual, a su vez, induce el crecimiento del producto. La inversión, a su turno, depende de los niveles de rentabilidad que, en el largo plazo, mantienen una tendencia a la baja en los países centrales. Debido a la tendencia a la baja inversión productiva, la productividad declina (a pesar de la jactancia de las empresas tecnológicas) y el ingreso tiende al estancamiento. Por tanto, el crecimiento del ingreso de los de arriba sólo es posible mediante el aumento de la desigualdad, como lo muestran las tendencias de largo plazo del Bureau of Labor Statistics. Productivity and Costs. World Wealth and Income Database, para las principales economías:
Los datos estructurales de la inversión y de la productividad son un óbice formidable para el aumento de la producción y el empleo, y el trance es peor para los países periféricos. Es preciso alterar de forma profunda los datos reales macroeconómicos a efecto de cambiar de fondo la estructura de la producción, de modo de aumentar simultáneamente la producción de bienes básicos y la demanda de los mismos, cambiando los términos de la distribución del ingreso en favor de las clases necesitadas.
Buscando esa transformación es indispensable una reforma tributaria que permita el incremento sustancial de la inversión pública. A partir de este enfoque, importa menos el crecimiento del producto; importa, en cambio, profundamente, el crecimiento de los sectores agropecuarios y manufactureros productores de bienes básicos.
Si los sectores productores de bienes suntuarios y, en general, los productores de bienes de consumo que abastecen a las clases altas, se estancan o aun disminuyen su crecimiento, pero al mismo tiempo aumenta con suficiencia la producción de los bienes básicos, la tasa de cambio del producto puede ser nula o negativa. Un dato así reflejaría, no obstante, un aumento del bienestar de las mayorías. Esto es lo fundamental, no la tasa de crecimiento del producto agregado sin más.
No se trata de una alternativa más. Se trata en todo caso de la única alternativa actual para alcanzar una expansión real del producto para cubrir necesidades insatisfechas de las mayorías. Aumentar la inversión para impulsar el empleo y la producción de bienes básicos, es lo fundamental. Si al mismo tiempo crece la producción en general, mejor que mejor, porque el crecimiento del empleo en los sectores productores de bienes que abastecen a las clases altas, se traduce también en una demanda adicional de bienes de consumo básico.
Es indispensable desplegar esa iniciativa de transformación cuyos trazos he dibujado. Al mismo tiempo, es inexcusable encarar a las fuerzas del pasado neoliberal cuya posición estará totalmente en contra. Es preciso un Estado que asuma a cabalidad su responsabilidad de actuar de modo que el gobierno sirva para crear las condiciones que aseguren una vida humana a los de siempre excluidos. El Estado tiene que actuar como emprendedor, como empresario, como ente productor donde y cuando sea necesario. Y debe lograr que los de arriba paguen impuestos en mayor proporción que quienes apenas cubren lo mínimo o menos que eso.
La 4T tiene que dar un paso más allá de la entrega de recursos a los excluidos. Es urgente reformar el aparato productivo del país en el sentido propuesto.