Como consecuencia del alza en los precios de las gasolinas y el diésel, los pequeños comercios observan una reducción de hasta 25 por ciento en sus ventas, mientras que los consumidores perciben que la inflación es mayor a la reportada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Datos de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) muestran que el costo de la gasolina Premium es el que más ha aumentado en el promedio nacional. Al 2 de julio se ubicó en 22.30 pesos por litro, monto que se tradujo en un incremento de 10.17 por ciento respecto a enero. El alza respecto al séptimo mes de 2020 es de 16.99 por ciento.
La Magna se ubicó a principios del mes en 20.52 pesos, cifra que representa un aumento de 3.84 por ciento respecto a enero y 9.79 por ciento anual.
El precio del diésel al principio de julio fue de 21.66 pesos por litro, monto que se tradujo en un aumento de 6.75 por ciento frente a enero de 2021 y 10.39 por ciento respecto a julio del año pasado.
Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec), comentó que si bien el impacto se refleja en la inflación, que en junio se ubicó en 5.88 por ciento anual, para la población es de 10 por ciento, pues lo resiente a la hora de comprar sus alimentos y pagar servicios.
Apuntó que en la narrativa del Inegi y del Banco de México (BdeM) no destacan que el país vive una recesión económica, pues la inflación ha sido mayor al objetivo en cuatro meses y se prevé que hasta el tercer trimestre de 2022 retorne a un nivel cercano a 3 por ciento.
El banco central mexicano tiene como objetivo que la inflación sea de 3 por ciento, más menos un punto.
Para el sector, aseguró, el impacto en las ventas se traduce en una reducción de entre 15 a 25 por ciento, lo cual depende de la región del país.
Consideró que el Covid-19 “nos ha pasado una factura muy alta en lo económico”, pues no sólo ha empobrecido al país por la pérdida de empleos o la reducción de ingresos, sino ahora también con el alza de las gasolinas y el diésel.
Recordó que primero todos los productos son trasladados en camiones de carga que usan diésel. Después se distribuyen en otros vehículos de menor carga que utilizan algún tipo de gasolina.
“La gasolina es la mercancía que más impacta en los bienes y servicios que consideran el BdeM y el Inegi cada 15 días para determinar el comportamiento de la inflación y en este caso en precios”, informó Ignacio Martínez Cortés, coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios (Lacen) de la UNAM.
Mencionó que el impacto del alza del precio de los combustibles se refleja en los costos de los diferentes productos, pero de manera particular los del sector agrícola, que también se han afectado por eventos climáticos como la sequía observada en meses anteriores y ahora se espera tener una buena cosecha por la temporada de lluvias.
Apuntó que el mayor impacto del alza en los combustibles se refleja en los productos agropecuarios, lo cual a su vez se refleja en el índice de inflación.
Juan Manuel Chaparro Romero, presidente de Fomento Industrial de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra), subrayó que la industria también resiente los efectos, pues incrementa los costos en la manufactura y distribución.
“Todos estos aumentos de precios, gran parte de ellos serán absorbidos por los industriales y desafortunadamente los consumidores finales tendrán que recibir el impacto en sus bolsillos, una parte de estos, aunque sea en menor proporción”, destacó.
Uno de los factores que incide en el aumento de las gasolinas es la importación de los energéticos, pues las transacciones para su adquisición se hace en dólares.
Datos de la Secretaría de Energía (Sener) indican que en mayo México importó 528.2 mil barriles diarios de gasolinas, de los cuales 68.1 por ciento fueron adquiridos por Pemex y 31.8 por ciento por empresas privadas.
En el periodo de referencia el país importó 46.2 por ciento más gasolinas respecto a igual periodo de 2020. El alza se explica por el aumento de movilidad tras la pandemia del Covid-19.
En mayo del año pasado la estatal compró en el exterior 78.6 por ciento del combustible, el 21.3 por ciento restante correspondió a firmas privadas.
En el quinto mes del año pasado se importaron 138.1 miles de barriles diariamente de diésel. De ese total, 52.1 por ciento correspondieron a Pemex y 47.8 por ciento a privados.
En el quinto mes de 2020, el país compró del exterior 255.608 miles de barriles diarios de diésel. De ese monto, 52.2 por ciento lo hizo la empresa estatal y el resto correspondió a firmas privadas.
La variación anual de diésel importado fue de 85 por ciento en mayo, frente al mismo periodo de 2020.