Para hacer frente al calentamiento global, “millonarios tecnológicos” como Bill Gates impulsan la geoingeniería para remover el bióxido de carbono o bloquear la entrada de luz solar a la atmósfera, lo cual tendría como efectos que no se produjera la fotosíntesis y que se afectara la generación de alimentos. Aunque los expertos sostienen que las consecuencias aún son impredecibles.
El propósito es intervenir a gran escala en océanos, suelos y atmósfera para reducir los efectos del cambio climático. Entre las técnicas están esparcir en forma de aerosoles grandes cantidades de azufre en la estratosfera para que funcionen como una barrera contra la luz solar o sembrar cultivos que reflejan más luz y que pueden enfriar la atmósfera, así como blanquear las nubes para reflejar la luz hacia el espacio, indica el Monitor de Geoingeniería.
En América Latina hay alrededor de 90 proyectos de este tipo; en México, al menos una decena. El más conocido es el que realizó la empresa Volkswagen en 2018, cuando instaló cañones antigranizo en Puebla para evitar daños a los vehículos, indica Anja Chalmin en un reporte sobre actividades de geoingeniería en la región, donde se explica que el cambio climático es ocasionado por las emisiones de gases de efecto invernadero, generadas sobre todo por la quema de combustibles fósiles.
Michael Mann, director del Centro de Ciencias de Penn State, señaló que “la ciencia nos dice que si se entabla una manipulación sin precedentes del ambiente, puede haber consecuencias no intencionadas. Según los modelos, si se bloquea el sol con aerosoles a la atmósfera, imitando una erupción volcánica, hacerlo cada cierto tiempo reduciría la ola de radiación y habría más sequías; unas zonas se calentarían más y otras se enfriarían, y aumentaría la lluvia ácida”. Es una solución falsa, indicó, pues “al reducir la luz solar entrante se afecta la fotosíntesis, hablamos de efectos indirectos catastróficos”.
Raymond Pierrehumbert, de la Universidad de Oxford, sostuvo que con la geoingeniería no se busca atacar la raíz del problema. “Si se ignora la causa (emisiones de gases de efecto invernadero) y se quiere enfriar el planeta con esas técnicas, se debe entender que la gente no vive en climas locales sino que son globales. Además, “no se sabe el impacto de los químicos que se lanzarán”, agregó.
Con la crisis climática, es necesario “asegurarnos que las acciones se basen en la justicia climática, concentrarnos en quién sale dañado y quién queda excluido. La geoingeniería no es compatible con la justicia climática”, consideró Jennie Stephens, profesora de la Universidad de Boston. “Encontramos que la promueven científicos financiados por millonarios tecnológicos y otros miembros de la élite”, concluyó.