A diferencia de administraciones federales que desde Carlos Salinas de Gortari a Enrique Peña Nieto, vieron en el Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa (ILCE) una “caja chica” para la Secretaría de Educación Pública (SEP) que permitió hacer “negocios privados” de los planes académicos, “ahora buscamos regresar al objetivo y filosofía originales. Queremos generar proyectos y recursos didácticos audiovisuales de alta calidad. Es una etapa institucional distinta”, afirmó Enrique Calderón Alzati, director general del organismo.

En entrevista con La Jornada, destacó que, entre las prioridades, se impulsa el desarrollo de una nueva metodología para la enseñanza de las matemáticas a partir del conocimiento sobre el cerebro y su funcionamiento, más allá de sus actividades memorísticas.

Para agosto se prevé lanzar un diplomado de Educación y Perspectiva de Género, y desde finales de 2020 comenzó la difusión, mediante documentales, de la historia de mexicanos que destacaron en el extranjero por su lucha por la libertad y los valores universales, como Luis Pérez-Gómez, jalisciense de 21 años que peleó en la batalla de Normandía como piloto de la Real Fuerza Aérea Canadiense.

El ILCE, recordó, es un organismo internacional integrado por 14 estados, con autonomía de gestión, personalidad jurídica y patrimonio propios desde 1978. Su creación se acordó en 1954 durante la octava Conferencia General de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), convocada en Montevideo, Uruguay, aunque operó en México hasta 1958, con Jaime Torres Bodet como titular de la SEP. Fue el ex secretario general de la Unesco, señaló Calderón Alzati, quien comienza las actividades del instituto, produciendo principalmente cine educativo.

Sin embargo, reconoce que durante los gobiernos de Salinas de Gortari al de Peña Nieto, “el instituto ya no trabajaba para América Latina, sino que se transforma, por sus características de entidad internacional, en una especie de caja chica de la SEP, donde todos los proyectos para la educación daban la posibilidad de hacer negocios en beneficio de funcionarios del gobierno”.

Esto ocurría, explicó, porque siendo una figura internacional “no era auditable por la Secretaría de Hacienda ni por la Cámara de Diputados, eso hacía que los grandes fraudes de muchos servidores públicos se realizaran mediante este instituto”, y porque los secretarios de Educación en turno “ponían y quitaban a los directores del ILCE a su antojo”, lo que no sucede en el actual gobierno, con el que se ha mantenido una relación autónoma y de respeto con la SEP, manifestó.

Calderón Alzati, quien donó al ILCE los desarrollos educativos creados por él y su equipo en materia de software académico, principalmente para la enseñanza de las matemáticas, sistema que ha sido probado con éxito, subrayó que en esta administración “se tiene una visión totalmente distinta y contraria a lo que venía sucediendo. Nos ha tocado comenzar a reparar, a reconstruir los objetivos originales con las ideas con las que Torres Bodet lo creó”.

Tarea que, reconoció, no ha sido fácil “porque nos dejaron una herencia económica muy difícil, muy onerosa, por todo lo que se debía, pero con personal muy bueno, tenemos realmente especialistas en todos los campos que necesita el instituto, y son los que nos están ayudando a recuperar las cosas”.

Agregó que entre las acciones prioritarias del instituto está recuperar la llamada RedEscolar, que se creó durante el sexenio de Ernesto Zedillo Ponce de León, “con el fin de que sea un proyecto que retome la importancia que tenía”.

También anunció que en breve presentará a la secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez Álvarez, un “proyecto para hacer un concurso nacional de matemáticas, como el que hicimos en Veracruz y que dio muy buenos resultados”. Comentó que ya se han dado los primeros pasos para invitar a Cuba y Argentina como países miembros del organismo.