Felipe Carrillo Puerto creía que “el futuro de Yucatán pertenece a los mayas. Me da gusto que hace un siglo existiera un mexicano que pudiera decir esto y que todavía es inspirador”, dijo el sociólogo y filósofo Armando Bartra, autor de la biografía del revolucionario yucateco, que se presentó este sábado.
En la charla sobre Saku’un Felipe: Felipe Carrillo Puerto y la revolución maya de Yucatán (Fondo de Cultura Económica), Bartra leyó un fragmento de un texto postrero en el que el político yucateco explicó su ideario de lograr un estado que “preservará todo lo que es rico, bello y útil en la tradición maya”, y absorbiera la ciencia.
En el documento también se refería a su aspiración de “acariciar nuestro suelo, impulsar la vida propia de nuestro pueblo; podremos crecer y desarrollarnos libres y fuertes como ejemplo para el resto de México y del mundo”.
Los historiadores Lorenzo Meyer y Pedro Salmerón, el economista y periodista Aurelio Fernández y Armando Bartra desarrollaron un intercambio en torno al proceso social que encarnó Carrillo Puerto, el cual se originó en su formación familiar, la época revolucionaria que atravesó y las influencias ideológicas que lo marcaron.
Lorenzo Meyer mencionó que para los que no son muy de derecha es fácil tener empatía por Carrillo Puerto. Explicó que para inicios del siglo XX había un agotamiento en Yucatán en torno a las rebeliones. “El entramado anterior de violencia puede explicarnos que la revolución llegara desde fuera y se hiciera nativa del lugar”.
Agregó: “Un revolucionario y una revolución que fue realidad un momento, como el zapatismo. No hubo utopía que se transformara en realidad. La utopía se quedó en buena medida en la memoria, como ésta de Carrillo Puerto”.
Lección de historia
Meyer mencionó que la parte final del libro “se toma personal, porque Armando logra que nos pongamos en el lugar de Carrillo Puerto, en sus dilemas personales, en la enorme angustia de ver cómo un movimiento que iba floreciendo se va a venir abajo, y su vida también.
“Carrillo Puerto entra como héroe a la historia de la Revolución mexicana, de nuestra historia de procesos sociales y políticos por cambiar las condiciones de la mayoría de los mexicanos; el libro es uno de los homenajes que se van a seguir rindiendo.”
En su participación, Aurelio Fernández añadió que la “lectura fue una lección de historia y otra de estilo literario. Muchas partes no me permitieron separar al acucioso investigador del novelista. La historia es, en sí misma, ejemplar y extraordinaria”.
Destacó que hay coincidencias entre Carrillo Puerto y Abelardo Saavedra, el anarquista andaluz que retrató en su libro Saavedra: un anarquismo.
“Nunca se conocieron, pero compartieron lazos entre su pensamiento y su quehacer que no deben ser considerados sorprendentes, en tanto que por aquellos años había contingentes de masas, pensadores e intelectuales en todo el mundo con la convicción de que una sociedad justa estaba al alcance de la lucha que se daba.”
Mencionó que el yucateco, cuyo ejemplo persiste en el mundo indígena y combatiente, fue “un visionario extraordinario; Armando habla de esta verdadera epopeya, pero nos la presenta como un relato revivido con la imaginación del autor”.
Pedro Salmerón se refirió al profundo interés de Armando Bartra desde hace medio siglo para estudiar “con inteligencia los modelos de explotación capitalista y de expolio imperialista en el sur y sureste de México”, así como “las formas de resistencia indígena y campesina, particularmente las de los mayas yucatecos.
“Es una biografía social, porque su vida está íntimamente imbricada con la revolución que se vivió en Yucatán contra el racismo, la exclusión y la opresión de los trabajadores mayas; en particular, contra la atroz esclavitud real de las plantaciones henequeneras, que eran la base de la economía yucateca.”