Con mazos, tubos, martillos y bates, alrededor de medio centenar de mujeres rompieron los cristales de restaurantes, sucursales bancarias y expendios; dañaron semáforos y realizaron pintas de estatuas a su paso del Monumento a la Revolución a Pino Suárez para exigir “justicia para Polly” y la “liberación de Patricia”, presa en Veracruz.
Decenas de establecimientos y plazas cerraron para resguardar la integridad de clientes y comensales y evitar daños, lo que no impidió que golpearan puertas y cortinas y realizaran pintas.
Su intento de quitar las vallas que resguardan Palacio Nacional, lo cual fue impedido por mujeres policías que se mantuvieron a unos metros de distancia, fue documentado por personas que se encontraban en el Zócalo, quienes les hicieron frente.
A los gritos de “¡fuera, fuera, vándalas!” se sumó la exigencia de que las detuvieran, porque “vienen armadas y no se vale que hasta en domingo tengamos que soportar a estas delincuentes, que actúan con total impunidad”.
En la Plaza Pino Suárez, donde se congregaron al no permitirles el paso hacia la parte oriente del Centro Histórico, también recibieron muestras de rechazo de capitalinos.
Una hora y media después de iniciar su manifestación, ingresaron con sus “armas” a la estación Pino Suárez del Metro, sin realizar destrozos, ya que eran vigiladas por personal del organismo y del gobierno local.