Tom Switzer (TS), director del Centro de Estudios Independientes en Sídney, rememora que “hace medio siglo, Nixon previó la pérdida de la supremacía de Estados Unidos” (https://on.wsj.com/2UsJEG5).
El 6 de julio de 1977 Nixon se dirigió a unos prominentes ejecutivos en Kansas City, en medio de protestas contra la guerra, disturbios raciales y agitación universitaria.
Nixon, antes de ser defenestrado por la tríada Watergate/“Garganta Profunda”/ Washington Post –un experimento de los golpes pos-modernos de su Deep State–, advirtió que su país no se encontraba “ya en una posición de supremacía o predominancia completas”, pues en 1971 “enfrentaba una situación donde otros cuatro ( sic) poderes tienen la habilidad de desafiarnos en cada frente”. Los cuatro poderes eran URSS, Europa occidental, Japón y China.
TS expone un comentario de Nixon meses más tarde: “Pienso que será un mundo más seguro y uno mejor si tenemos unos fuertes y saludables Estados Unidos, Europa, URSS, China y Japón, cada uno equilibrando ( sic) al otro”.
A juicio de TS, la agenda de Nixon “reflejaba su matizada cosmogonía: la détente (distensión) y el control de armas con los soviéticos, la doctrina Guam de 1969 que enfatizaba los límites del poder de Estados Unidos, el abandono de Bretton Woods en 1971 (…) y el acercamiento con China”, lo cual en su conjunto subsumía el “mundo plural” y que “el poder de Estados Unidos ya había dejado atrás su apogeo”. Nixon anunció su histórico periplo presidencial a Beijing, nueve días más tarde a su vaticinio, y dejaba atrás el mundo “pos-Vietnam visto a través del prisma del excepcionalismo de Estados Unidos” para encaminarse a un “sistema emergente multipolar ( sic) estructurado y regulado por el equilibrio del poder”, como el Congreso de Viena de 1815 (https://nyti.ms/3yIuhZ3).
El mundo de hoy, 50 años más tarde, exhibe muchas similitudes con la salida de Estados Unidos de Afganistán, su repliegue del Medio Oriente, su grave crisis financiera-monetaria y su implosión doméstica.
La URSS se colapsó, pero ahora su sucesora Rusia tiene un líder, el zar Vlady Putin, más eficiente y previsor que el ucraniano Brezhnev.
Europa “occidental” no supo aprovechar su unión monetaria, tampoco pudo independizarse de la férula de Estados Unidos-OTAN, y hoy exhibe, después del Brexit, veleidades secesionistas cuando se encuentra rezagada de la carrera militar de armas hipersónicas y de la odisea high tech. También Japón ha sido eclipsada por China.
Lo más asombroso de la perspectiva y prospectiva de Nixon fue su apuesta en China que no supieron contener Baby Bush, Obama, Trump y Biden.
TS concluye que hoy “China asciende, Rusia ha resurgido y Estados Unidos, de nueva cuenta, es consumido por la división y la duda en sí mismo”.
Nada menos que el católico Pat Buchanan (PB) –consultor de Nixon, Gerald Ford y Reagan– comenta el cierre de la base aérea de Bagram en Afganistán: “la mayor base militar de Estados Unidos entre el golfo Pérsico y el mar del sur de China” cuando “se gesta la extensa retirada del imperio ( sic) estadunidense”. Conforme “Estados Unidos retrocede, China crece (https://bit.ly/3jZhdKI)”.
En referencia al teatro de batalla en Asia oriental y la parte occidental del océano Pacífico, donde se puede escenificar una guerra entre Beijing y Washington, PB juzga que las “ventajas de China son superiores en términos militares convencionales ( sic)” y aconseja que es mejor que “Estados Unidos dependa en sus habilidades ( sic) más que en sus armas para ganar la competencia y decidir la rivalidad que definirá el futuro del género humano”.
Lu Xiang (LX), de la Academia China de Ciencias Sociales, pregunta si “después del viaje secreto de Kissinger a China hace 50 años, ¿Estados Unidos tiene la misma habilidad ( sic) para corregir sus errores?” (https://bit.ly/2VisxHj).
LX aduce que “Estados Unidos se encuentra de nuevo en crisis, resultado de sus enfermedades ( sic) crónicas” y “está controlado por una gerontocracia”.
Para LX, estos “dos factores” le impiden a Estados Unidos “alcanzar un consenso interno” que delata las “claras contradicciones” al interior de la administración Biden.
Todos los magnificentes imperios y portentosas civilizaciones han perecido. Estados Unidos no es la excepción.
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