El ex ministro de Defensa colombiano y ex embajador de ese país en Estados Unidos (EU) Juan Carlos Pinzón, cuando recién comenzaban las negociaciones de paz con las FARC-EP, sacaba pecho sobre la exportación de militares colombianos a todo el mundo para roles de mercenarios, afirma José Antonio Gutiérrez D. en interesante nota que sintetizo:
Un número importante de colombianos trabajan como matones a sueldo para algunas de las peores tiranías del planeta, una buena cantidad de ellos en los Emiratos Árabes o Israel, y la mayoría por medio de empresas de “seguridad” de EU. Pinzón decía:
Colombia se está convirtiendo en un exportador de seguridad, con lo que busca contribuir a la estabilidad de nuestra región, América Latina, así como a la paz global. Tenemos unas fuerzas armadas entre las más profesionales del mundo, con un nivel de entrenamiento alto en todos los campos, muy apreciadas a escala internacional. Hay que seguir con esa experiencia.
Paz, seguridad, estabilidad... El manejo cínico que Pinzón da a estas palabras daría risa si no fuera por la enorme tragedia humana que hay detrás de la industria sicarial de exportación para favorecer a las tiranías de Medio Oriente y otros regímenes de dudosas credenciales.
El 7 de Julio, en horas de la madrugada, un comando de 28 hombres llegó a casa del presidente haitiano, Jovenel Moïse, en la capital de ese país, haciéndose pasar por agentes de la DEA. Amarraron a los trabajadores domésticos de Moïse, hirieron a su esposa y al presidente lo mataron y remataron de 12 tiros. Luego saquearon la casa y se fueron como entraron, sin que nadie los molestara. De eso 28 mercenarios nada más y nada menos que 26 eran colombianos. ¿Qué hacían en Haití? Lo mismo que aprendieron a hacer en Colombia: matar a sueldo. Pero también hay que recordar la responsabilidad de EU: Colombia es uno de los principales receptores de asistencia militar de ese país, que es el que dirige la formación de los militares colombianos. Después los contratan en las empresas de mercenarios. Detrás del crimen está la mano de Colombia, pero está el cerebro de EU (https://n9.cl/detud).
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