El subsistema privado de salud en México tiene absurdos. Los pacientes han pagado, entre otras cosas, el precio de la falta de transparencia de costos; la ausencia de protocolos de atención médica y la inexistencia de sus derechos como pacientes, sentenciaron investigadores y participantes del sector.
Esta falta de regulación en el subsistema privado de salud ya se había denunciado antes de la pandemia; sin embargo, el Covid- 19 vino a recalcar el problema, debido a que un mayor número, cerca de 560 mil familias, entraron en crisis financiera por el gasto que tuvieron que incurrir para atender a sus familiares.
En el estudio El subsistema privado de atención de la salud en México. Diagnóstico y retos, dirigido por Miguel Ángel González Block, y con los investigadores Ricardo Aldape Valdés, Lucero Cahuana Hurtado, Sandra Patricia Díaz Portillo y Emilio Gutiérrez Calderón, se describe que los hospitales privados no proporcionan una lista de precios, por lo que se esperaría que los pacientes que van a pagar el tratamiento sepan por adelantado cuánto costará.
“El gasto hospitalario está asociado a formas de facturación impuestas por los hospitales. Los servicios facturados se especifican de diversas formas, sin relación con listas compartidas de insumos, de intervenciones o de protocolos de atención para personas con diagnósticos similares. Por otro lado, cada especialista cobra por separado sus servicios, sin especificar la relación del pago con la responsabilidad o el tiempo invertido”, describió el estudio.
Añadió que “la facturación se dificulta también porque los hospitales ofrecen servicios con diversos modelos de atención y especialización. Los medicamentos que se ofrecen a los pacientes internados en el hospital, por otra parte, suelen cobrarse como servicios, por lo que no respetan los precios máximos al público, y se facturan con el impuesto al valor agregado (IVA), que se exenta a los medicamentos que se venden en las farmacias”.
Lo anterior toma relevancia, pues de los mexicanos que están afiliados al sistema público de salud, 40 por ciento se atiende en servicios privados.
Asimismo, México es uno de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) con mayor porcentaje de gasto de bolsillo en salud: 45.1 por ciento; mientras la inflación médica (aumento de precios de los insumos médicos) se disparó de 15 a 25 por ciento por la pandemia.
Faltan protocolos
La Comisión Nacional de Arbitraje Médico (Conamed) no está realizando una presión eficaz para que los hospitales puedan poner sus precios máximos y que se respeten los derechos de los pacientes, destacaron los investigadores.
“La inflación médica privada en México es un enorme problema, en cada año es tres, cuatro o cinco veces más alta que la inflación general (…) si esto sigue así, en algunos cuantos años ya no habrá seguros de gastos médicos mayores porque las primas serían costosas”, aseveró Daniel Bandle, director general de Axa México, en la última convención de aseguradoras.
Destacó que “se debe tener más transparencia en el sistema privado de salud, tenemos que ver protocolos, tenemos que ver cuánto cuestan los tratamientos, las mejores prácticas, hoy no hay transparencia en el sistema privado de salud en México”.
Por su parte, Rafael Audelo, director general de Seguros Inbursa, sostuvo que es urgente trabajar en los nuevos protocolos de atención y homogeneizar también algunos criterios para dar certidumbre de usos y de costumbre del mercado, y eso ayudará también a la comprensión de los productos que ofrecen las aseguradoras y que de alguna manera tampoco afecten a la reputación.
Por ejemplo, dijo Audelo, hay medicamentos, tratamientos y estudios, de los cuales muchos son experimentales o responden a la necesidad de atacar la pandemia, pero no están cubiertos. “Tenemos un tema que en las condiciones particulares o generales de las pólizas estas cosas tienen un trato experimental y tienen un grado de incertidumbre”.