La vacuna anti-Covid que esté a nuestro alcance es la debemos ponernos, respondió un destacado epidemiólogo mexicano cuando le pregunté cuál era el mejor antígeno para protegernos del SARS-CoV-2. Él no distingue entre mejor y peor, sino entre evitar enfermarse y quedar a expensas del virus que nos cambió la vida desde inicios de 2020. Esta afirmación me llevó a investigar –más allá de tintes políticos– qué tan aceptadas son las vacunas chinas, que han sido las más castigadas por algunos medios occidentales. La conclusión no deja lugar alguno a la ambigüedad: una cosa es lo que dicen algunos medios y otra la que describen los virólogos.
A pesar de las campañas en su contra, China colocó sus biológicos anti-Covid en al menos 90 naciones, incluso en algunas que tienen organismos reguladores en extremo rigurosos para aprobar medicamentos. Epidemiólogos mexicanos de renombre afirman que las inoculaciones del país asiático son confiables y eficaces para prevenir los casos graves de la enfermedad y son las mismas que se han aplicado a la población china y que le han permitido controlar la epidemia.
Hay tres vacunas chinas disponibles en estos momentos. El doctor Gustavo Olaiz, un destacado epidemiólogo mexicano que dirige el Centro de Investigaciones en Políticas, Población y Salud, opina que “los chinos han hecho un enorme esfuerzo para generar y producir antígenos a gran velocidad y con muy buenos niveles de seguridad. Aquí tal vez el punto más complejo es que poseemos poca información de ellos en comparación con los demás, pero tenemos la experiencia de haberlos aplicado en México y nos ha ido bien. También la Coronovac ha tenido muy buenos resultados en el ejercicio que hicieron en Chile, aparentemente es un biológico de muy buena calidad. México ya tiene una o dos de estas vacunas licenciadas para su uso y de igual manera, los resultados han sido muy buenos”.
Olaiz dice que muchos antígenos contra el #COVID19 registran una efectividad relativamente baja –entre 50 y 60 por ciento–, pero que esa no es la mejor forma de medir si conviene ponérselos o no. Lo que procede, acota, es ver qué tanto previenen de tener efectos severos o la muerte al contraer el Covid-19 y en ello, todos están resultando ser muy efectivos. “Muchas naciones que usan vacunas fabricadas en China han expresado que son seguras y confiables, y que además, han jugado un buen papel en sus esfuerzos de prevención de la epidemia”, destacó.
Comparte este punto de vista la doctora Celia Alpuche Aranda, directora del Centro de Investigación sobre Enfermedades Infecciosas del Instituto Nacional de Salud Pública de México. Subraya que el estudio sobre los biológicos que más le gusta es el chileno. “La verdad tiene datos muy buenos y son públicos. Establece que la Coronavac tiene una garantía muy buena, por encima de 80 por ciento. También es de confiar la Sinovac, porque tiene una protección prácticamente de 100 por ciento en formas graves del virus. Los estudios muestran que el fármaco funcionó aun con una extensión de la cepa brasileña, y de la de Londres.
–Butantan ha dicho que es buena la Coronavac, le comento y reacciona: “claro que es buena y lo sé porque estoy en el grupo de trabajo del Covid-19 de la OMS y me sorprendí cuando vi los datos del ensayo chileno”.
- ¿A su juicio, cuál de las vacunas chinas es la más avanzada?
-“Sinovac y Sinopharma son biológicos que funcionan bien. A mi madre le pusieron Sinovac, en Campeche, y yo lo acepté porque ofrece buena protección contra las formas graves de la enfermedad. Son datos que vi en el estudio chileno y que me dieron mucha tranquilidad.”
–¿Entonces las recomienda?
–“Sin duda. Si tú ves la protección brasileña dice que nada más funciona 50.4 por ciento, pero es que son estudios basados en la aplicación a personal de salud que son las personas más expuestas. Sin embargo, en Turquía funcionó a 91.3 por ciento, y en Indonesia y Pakistán la eficacia es de 78.5 por ciento. Es que es erróneo comparar los estudios de una vacuna con otra, porque todas tienen definiciones de casos diferentes y poblaciones de estudio distintas. Tienes que verlo a fondo hasta comprobar si la eficacia está por arriba de 50 por ciento y si es así, el biológico sirve. Igual, si protege en más de 80 por ciento en formas graves de la enfermedad, entonces sirve la vacuna”.
–¿Los chinos tienen experiencia en biológicos?
–“Sí, ellos tienen desde hace mucho su propia producción de vacunas.
–¿No han provocado trombos los biológicos chinos anti-Covid?
La de Cansino, de una dosis –aplicada aquí– no ha tenido ese problema, aunque es adenoviral.
México ha comprado vacunas a muchos países y absolutamente todas pasan por un riguroso proceso de evaluación.
* Periodista argentina