Especialistas en el sector educativo, directores y profesores frente a grupo llamaron a repensar la escuela y lo aprendido durante la pandemia de Covid-19; es decir, no perder “las experiencias y los aprendizajes que nos dejó el trabajo colaborativo, el contacto más estrecho con los alumnos, incluso en la modalidad virtual, así como la capacidad de tener decisiones pedagógicas autónomas”.
En el conversatorio virtual ¿Qué hacer como docentes ante el regreso presencial o híbrido a clases?, convocado por profesores de diversos colectivos de la sección 9 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación de la Ciudad de México, los participantes señalaron la importancia de condiciones de infraestructura e higiene básicas para un retorno seguro.
Sin embargo, reconocieron que dada la actual situación de la pandemia de Covid-19, el regreso a clases en el ciclo 2021-2022, previsto para el 30 de agosto, “posiblemente sea a distancia o en una modalidad híbrida que implicará un ajuste de planes y programas, e incluso de las condiciones laborales del magisterio”.
Teresita Garduño Rubio, experta en temas educativos, maestra y directora del Instituto de Investigaciones Pedagógicas, destacó que la pandemia “hizo evidente que los profesores son fundamentales en el proceso educativo”, por lo que insistió en que “no podemos perder los aprendizajes alcanzados”.
Marco Esteban Mendoza, del Movimiento Mexicano para la Escuela Moderna, aseguró que pese al cierre de los planteles por más de un año, “no podemos decir que se trata de una catástrofe educativa, porque se han generado múltiples enseñanzas con el modelo de clases a distancia, el cual podría extenderse al próximo ciclo escolar”.
Destacó que entre los principales desafíos a resolver para un retorno seguro a las aulas no sólo están el deterioro de la infraestructura escolar y los insumos de higiene y desinfección, sino también la saturación de los salones, donde “no pocas veces se llega a atender hasta 50 alumnos”.
Agregó que otro eje son las condiciones laborales del magisterio, pues durante la pandemia la carga de trabajo docente se ha multiplicado con jornadas que van mucho más allá de sus horarios regulares, lo que ha generado un enorme desgaste en todo el personal que, de prolongarse la emergencia sanitaria, “lo convertirán en un tema urgente a solucionar”.