Chilpancingo, Gro., Unos 300 habitantes (70 familias) de al menos 10 comunidades de la sierra de Zihuatanejo, en la región de la Costa Grande de Guerrero, huyeron de sus pueblos debido a las incursiones armadas del grupo delincuencial Los cornudos, informó José, uno de los voceros de los desplazados, quien solicitó al presidente Andrés Manuel López Obrador y al gobernador Héctor Astudillo Flores que intervengan para detener la violencia y poder retornar a sus hogares.
Organizaciones no gubernamentales, entre ellas el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, calculan que en la entidad hay más de 10 mil personas desplazadas, principalmente de 14 municipios: Coyuca de Catalán, San Miguel Totolapan, Zirándaro de los Chávez y Ajuchitlán del Progreso, en la región de la Tierra Caliente; Petatlán y Zihuatanejo, en la Costa Grande; Apaxtla de Castrejón, Teloloapan, Cocula, Iguala y Taxco, en zona norte, y Zitlala, Hueycantenango y Chilapa, en la Montaña Baja.
Los líderes de Los cornudos son Flavio Delgado Cruz y su hijo Marcos. “Nos desplazaron. Las familias estamos sin comer; no podemos bajar a comprar despensa a ningún lugar”.
Desde hace tres meses “estamos viviendo en el monte en tiendas de nailon, por el temor a regresar a nuestras casas, las han baleado. Somos de los pueblos El Mamey, Arroyo Seco, La Vainilla, La Soledad, Puertecitos, Pie de la Cuesta, El Zapotillo, El Abrojal, Piedras Rodadas y Paso del Burro, en la sierra de Zihuatanejo”, dijo José en entrevista telefónica.
Aseguró que han solicitado ayuda a los tres niveles de gobierno, “pero no nos han hecho caso; ya hemos enviado cartas al señor presidente Andrés Manuel López Obrador; a la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero; al subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas; a Rosario Piedra, de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, y al gobernador Héctor Astudillo”.
“¿Los niños qué pueden aprender andando en los cerros? No tienen preparación, no hay estudio, no hay nada. Por eso pedimos al gobierno del estado y al Presidente que nos haga una estación militar (cuartel) aquí en los pueblos de El Abrojal o en San Ignacio. Hace tiempo les ofrecimos una galera para que hicieran un cuartel. No pedimos tanto al gobierno: con 20 militares que pusieran sería ideal”.
El Presidente “presume que todo está bien en Guerrero, bajo control, pero no se da cuenta de la realidad. Para él es cómodo porque está en un palacio, pero nosotros estamos durmiendo en cuevas, en el monte, sin tener qué comer y sin poder sembrar maíz”.
También les han robado reses. “A un señor le quitaron las 70 cabezas que tenía; también se quieren llevar a las muchachas. La cosa está muy fea”.
Señaló que varios de estos pueblos están muy cerca de Zihuatanejo, por ejemplo, La Soledad se encuentra a 10 minutos de la carretera federal que va a Lázaro Cárdenas (Michoacán) y San Ignacio, El Abrojal y Puertecitos se localizan a más de una hora del centro vacacional, “pero nos tienen abandonados.
“Los pueblos se han levantado en armas, pero no podemos contra todos ellos. A veces llegan hasta 50 pistoleros. ¿Cómo los vamos a enfrentar con una escopeta calibre 22 de un tiro? Mejor corremos al monte porque esa gente nos ha quitado las armas y los celulares. Aquí no vienen ni el Ejército, ni la Guardia Nacional ni las policías. Hemos llamado al Batallón de Infantería de Petatlán, pero tampoco nos hacen caso”, concluyó.