Cannes. Instinto básico, Elle y ahora Benedetta. El holandés Paul Verhoeven volvió este viernes a la máxima competición de Cannes con un thriller provocador sobre una monja lesbiana que escandaliza a la Italia del siglo XVII.
El anticonvencional cineasta, de 82 años, compite por tercera vez por la Palma de Oro, en esta ocasión con la historia de la hermana Benedetta, una mujer convencida de estar en comunicación directa con Jesús.
Gracias a los milagros que parece realizar, la religiosa va progresando en el seno de su comunidad, en Toscana. Cuando Bartolomea, una mujer pobre y violada por su padre, llega al convento y toma los hábitos, nace una pasión intensa y carnal entre las dos monjas.
En sus visiones, "al principio, Jesús le dice no al sexo lésbico, y al final, le dice '¡lánzate!'", dijo a la AFP el director, que ya sacudió La Croisette en 1992 con Instinto básico, protagonizada por Sharon Stone, y en 2016 con Elle, con Isabelle Huppert, sobre una tortuosa mujer violada.
Benedetta, rodada en francés, cuenta con un elenco totalmente galo, encabezado por Virginie Efira en el principal rol y Charlotte Rampling como madre superiora.
El director, reputado por su cine violento, no ha hecho de Benedetta una excepción y el filme cuenta con asesinatos, suicidios y decapitaciones.
Se atreve también con los símbolos religiosos, como el juguete erótico artesanal tallado por las amantes a partir de una estatuilla de la Virgen. Este detalle lo reveló la verdadera Bartolomea, puesto que la historia se inspira en un proceso real contra una monja lesbiana que tuvo lugar en la Edad Media y cuyas actas fueron conservadas en los archivos de Florencia y redescubiertas por una historiadora estadounidense, Judith C. Brown.
"La historia da una idea de la forma en que la gente veía las relaciones lésbicas en 1620, y puede dar una idea del camino recorrido hasta ahora. Hemos progresado en Europa occidental", dijo a la AFP el veterano director, comentando al mismo tiempo que habría tenido "problemas" para rodar esta película en Estados Unidos.
La trama ocurre durante una epidemia de peste y las imágenes de enfermos moribundos en las calles, de gente con miedo a contagiarse y de ciudades que cierran sus puertas recuerdan la crisis sanitaria actual, aunque la película fue filmada antes de la pandemia.
"Coincidencias como estas son siempre un misterio", comentó el cineasta a propósito del parecido de la situación.
Verhoeven, que nunca ha obtenido la Palma de Oro, es uno de los pesos pesados del séptimo arte de esta edición. Compite, entre otros, con el italiano Nanni Moretti, el francés Jacques Audiard y el tailandés Apichatpong Weerasethakul, que ya cuentan con el prestigioso premio.
La otra película en competición que se proyectará este viernes será La fracture, de la francesa Catherine Corsini, un drama también con una pareja de lesbianas y la crisis de los "chalecos amarillos" como telón de fondo. Corsini es una de las cuatro directoras que compiten por el máximo galardón.
Durante la jornada, también tuvo lugar uno de los momentos más esperados de la muestra: la clase magistral del actor estadounidense Matt Damon.
Ante un auditorio repleto, la estrella de Hollywood admitió que si la agenda se lo hubiese permitido, no habría declinado Avatar (2009), de James Cameron, la película más taquillera de la historia. "James me propuso actuar y el 10%" de la recaudación", dijo Damon. "Ahora sería billonario", me "habría comprado un cohete y estaría en el espacio", bromeó.
Por el momento, de las 24 películas en liza por la Palma de Oro, ya se han proyectado cinco, entre ellas el musical Annette, del francés Leos Carax, protagonizado por Adam Driver y Marion Cotillard; Tout s'est bien passé, del también francés François Ozon, sobre el suicidio asistido; y La rodilla de Ahed, en la que el israelí Nadav Lapid denuncia la censura del gobierno de su país.
El jueves por la noche se presentó The worst person in the world, del noruego Joachim Trier, un retrato sobre los milenials que fue bien recibido por la crítica.