Tras el anuncio presidencial de ayer no faltará el cretino que grite “vamos directo al comunismo”, porque el “sistema de libre empresa ha sido violentado” por la decisión gubernamental de crear un consorcio público denominado Gas Bienestar, porque “injustificadamente ha estado aumentando el precio (de ese combustible) en el país y no he podido cumplir el compromiso de que no se incremente por encima de la inflación”, según declaró Andrés Manuel López Obrador. Se trata, dijo, de proteger a la economía popular.
En la mañanera de ayer el mandatario hizo el anuncio, tras detallar que son cinco grandes empresas las que distribuyen casi 50 por ciento del gas licuado de petróleo (LP) en el país y se quedan con márgenes de utilidad muy altos. “Petróleos Mexicanos vende a un precio y ellos lo (re) venden al consumidor a un precio muy elevado”, mientras la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) confirma, por su hubiera duda, que “es un cero a la izquierda”.
Ante tal panorama, el presidente López Obrador explicó que “mientras se establece un mecanismo de precio máximo, que lo vamos a establecer, también ya estamos preparando la creación de una empresa para distribuir gas a precio justo, Gas Bienestar se va a llamar y se van a vender cilindros de gas de 20, de 30 kilos a precios bajos en las colonias, sin que estas otras empresas particulares dejen de participar, pero va a haber competencia, porque no hay”.
En efecto, mes tras mes han ido aumentando, y muy fuerte, los precios del gas LP, el de mayor consumo en el país, y la intención de la nueva empresa pública es contrarrestar el brutal golpe que las gaseras privadas dan a la economía popular. Además, no hay ley que impida la participación gubernamental; por el contrario, la Constitución mandata que la rectoría es del Estado.
López Obrador lo planteó así: el gas se venderá a un precio lo más bajo posible, y su comercialización se dirigirá “a la gente humilde, a la gente pobre en las colonias; lo que más duele es cuando aumenta el precio del gas en el cilindro, a todos desde luego, el gas de tanques estacionarios, o sea, no debe de aumentar como lo está haciendo, pero ya tenemos hecho el estudio y además estas grandes distribuidoras tienen a su vez control en los territorios a través de una especie de subcontratación, que son los que manejan todo lo que tiene que ver con la venta del gas, e incluso no dejan que haya competencia, controlan los territorios”.
A partir de estas medidas, “más allá de la inflación, se detiene el aumento. El precio de este gas se va a ajustar. No necesariamente será subsidio, es, sencillamente, que el precio se ajuste a lo que Pemex vende, con un margen pequeño para los costos de operación, porque se van a comprar vehículos, se van a poner gaseras o en las instalaciones que tiene Pemex se van a instalar equipos, se va a comprar los cilindros, vehículos, ahora sí”.
La nueva empresa, Gas Bienestar, va a depender de Petróleos Mexicanos. “Así como se distribuye gasolina y diésel, Pemex se va a hacer cargo también de la distribución de gas LP. No vamos a quitarle el derecho que tienen los distribuidores (privados) para vender el gas, pero va a haber más oferta para que se controle el precio”. López Obrador recordó que hasta 2005 la ex paraestatal era la única autorizada para importar y distribuir ese carburante. Entonces, “ahora sí habrá competencia”, con cilindro completo, y “se acabó la libertad del zorro en el gallinero”.
Pero el asunto no termina en el LP, sino que “en gas natural (controlado por una trasnacional española) estamos haciendo algo parecido, porque tenemos excedentes, muchísimo gas natural, porque una de las transas que hicieron o de los negocios que hicieron fue de que se compró gas al por mayor porque se suponía que se iba a utilizar para crear plantas termoeléctricas, que se iban a abastecer con ese gas. No se hicieron las plantas termoeléctricas, pero sí se compró el gas y ahora tenemos gas en exceso, que como quedaron contratos establecidos hay que estar pagando. Estamos buscando la forma de utilizar todos esos excedentes”.
De remate, López Obrador dijo que “parte de mi trabajo es enderezar entuertos, resolver todo esto que nos dejaron de herencia, porque estaba el gobierno dedicado a facilitar el saqueo”.
Las rebanadas del pastel
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