Tokio. El incremento de casos de Covid-19 en Tokio alcanzó su punto más alto en dos meses, lo cual casi garantiza que el gobierno de Japón declarará un nuevo estado de emergencia a partir de la próxima semana y que continuará durante los Juegos Olímpicos de Tokio, que darán inicio el 23 de julio.
La cita veraniega ha seguido adelante haciendo caso omiso de las recomendaciones de los expertos sanitarios. La insistencia obedece en buena medida a que el aplazamiento de las justas afectó los ingresos del Comité Olímpico Internacional (COI). Casi 75 por ciento de lo que factura entra por la ven-ta de los derechos audiovisuales y se calcula que perderían entre 3 mil y 4 mil millones de dólares con una cancelación.
Thomas Bach, presidente del COI, tiene previsto llegar a la ciudad de Tokio este jueves y cumplirá una cuarentena de tres días en un hotel cinco estrellas destinado a miembros del organismo.
Un nuevo estado de emergencia impediría que hasta los propios japoneses puedan acudir a las competencias. La decisión sobre si se permiten o no espectadores se tomaría el viernes, cuando los organizadores locales se reúnan con el organismo internacional y otras entidades.
El cuasi estado de emergencia que rige actualmente debe culminar el domingo.
Tokio reportó 920 nuevos casos ayer, en alza con respecto a los 714 del pasado miércoles. Se trata de la mayor cantidad desde los mil diez del 13 de mayo.
El primer ministro Yoshihide Suga se reunió con su gabinete para analizar las medidas contra el virus y, según versiones de prensa, contempla volver a imponer hoy un estado de emergencia en la capital, hasta el 22 de agosto. Los Juegos acaban el 8 de agosto.
Suga no confirmó las versiones, pero resaltó el repunte de casos en Tokio y prometió “hacer todo lo posible para prevenir la propagación de contagios”.
Los espectadores extranjeros fueron vetados hace varios meses atrás, pero hace dos semanas se anunció que las sedes podrían tener una capacidad máxima de 50 por ciento, con un techo de 10 mil asistentes.