Londres. Italia avanzó ayer a la final de la Eurocopa 2020 tras vencer 4-2 a España en tanda de penales, luego de un atractivo empate 1-1 en 120 minutos, con lo que completó un notable resurgimiento después de no clasificar en la pasada Copa del Mundo.
Jorginho lanzó con frialdad el tiro decisivo que superó al arquero español Unai Simón, después de que un remate de Álvaro Morata fue contenido por Gianluigi Donnarumma y que Dani Olmo disparara por encima del larguero al inicio de la definición.
Esos dos penales fallados por España rescataron a Manuel Locatelli, a quien Simón detuvo su disparo en el primer remate de la tanda.
Italia, que se medirá el domingo a Inglaterra o Dinamarca en su primera final desde que fue goleada 4-0 por España en la Eurocopa 2012, busca ganar el torneo por primera vez desde 1968.
Después de una primera parte cautelosa, Italia abrió el marcador al minuto 60, cuando un rápido contrataque iniciado por el portero Gianluigi Donnarumma terminó con el balón en Federico Chiesa, quien hizo una diagonal desde la izquierda para sacar un soberbio remate al segundo palo.
España empató a 10 minutos del final del tiempo reglamentario cuando Morata, quien salió del equipo titular después de varias actuaciones cuestionadas, se juntó con Dani Olmo para abrir la defensa italiana, definir con tranquilidad y llevar a su equipo a la prórroga por tercer partido consecutivo.
Gran puesta en escena
La puesta en escena española fue inmejorable. A la joven tropa de Luis Enrique no le pesó ni el escenario, una semifinal en Wembley ante 65 mil espectadores, ni el rival, una Italia que llegaba convertida en la sensación del torneo.
Amante de las sorpresas, el timonel de España se guardaba una carta que no había utilizado: prescindir de su nueve de referencia, Álvaro Morata, demasiado conocido para sus “padrinos” en la Juventus, Giorgio Chiellini y Leonardo Bonucci, y colocarles como “falso 9” a Olmo.
El experimento fue un éxito. El jugador del RB Leipzig tenía libertad para moverse por todo el frente de ataque y dio un máster de recursos, con un pero, su falta de acierto, que le ha lastrado durante todo el certamen.
En la anunciada batalla por el balón, España hizo valer casi tres lustros de experiencia con el tiqui-taca ante una Italia que pretendía combinar desde su área y que terminaba soltando un pelotazo.
La Furia Roja, cómoda en su planteamiento, pero errante en el último gesto, sumó un puñado de ocasiones en la primera parte.
A Mikel Oyarzabal se le quedó un balón atrás cuando estaba solo ante Donnarumma (12) y luego disparó a las nubes (39), mientras Ferran Torres lo hizo desviado (15) tras un certero regate a Jorginho.
Desdibujada y lejos del equipo que había surfeado hasta ahora la Eurocopa, Italia tuvo que esperar hasta el 45 para sumar su primer tiro válido, cuando Emerson se encontró con el palo exterior de la portería de Unai Simón.
En la segunda parte, Italia se puso por delante a la antigua. Donnarumma lanzó un contraataque y tras un balón cortado por Aymeric Laporte, Chiesa conectó desde el pico del área un disparo con rosca al palo contrario.
Tras el gol italiano, España cer-có el área rival y la Azzurra se cerró para intentar matar el duelo con otro contrataque.
Los cambios dieron una segunda vida a los españoles, especialmente a Morata, fresco y con la mente despejada, ofreció aliento en la primera línea de presión. En una pared que hizo con Olmo, rompió la estructura defensiva italiana para batir a Donnarumma y mandar el duelo a la prórroga.
En su tercer tiempo suplementario del torneo, España tenía el ascendente anímico, pero no pudo hacer daño a su rival y romper el empate.
En la moneda al aire Morata se topó con Donnarumma e Italia ya espera el domingo en la final al ganador del Inglaterra-Dinamarca.