Lorenzo Córdova aseguró que “nunca en tres décadas de organizar elecciones la autoridad electoral había experimentado tantas agresiones, descalificaciones y abiertas y francas amenazas, como ocurrió en el proceso que está por terminar”.
Para el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral “fueron ataques inéditos por su estridencia y agresividad en contra del INE, de sus funcionarios, generados por algunos actores políticos, vinculados, cercanos al gobierno federal y al partido en el gobierno”.
Durante la presentación virtual de los resultados de la observación en los pasados comicios por parte de organizaciones mexicanas, Córdova destacó que el hostigamiento formó parte de una elección compleja, además, por las adversas condiciones sanitarias y por una violencia que “impactó el proceso electoral con hechos lamentables como el asesinato, secuestro, amenazas, extorsiones de los que fueron víctimas candidatas, candidatos, autoridades municipales, incluso el asesinato de dos compañeros funcionarios de nuestra institución”.
Córdova fue particularmente enfático en mencionar el clima de “amenazas y descalificaciones” desde algunos actores políticos con el objetivo de “construir una narrativa anticipada de un presunto fraude, y para eso se tergiversaron decisiones, se acusaron reiteradamente de sesgos e intencionalidades políticas las decisiones del INE o del tribunal que resultaban incómodas o contrarias a ciertos intereses particulares”.
Ante estas actitudes, la postura que asumió el instituto fue aclarar “una y otra vez” las decisiones que se adoptaron para no caer “en una confrontación directa con el gobierno y su partido, que hubieran terminado por constatar una especie de narrativa de profecía auto cumplida”.
Ante los representantes del Instituto Interamericano de Derechos Humanos que participaron en la supervisión de los diversos proyectos de observación nacionales, Córdova destacó que la respuesta ciudadana en este escenario complejo fue salir a votar y lograr la más elevada participación ciudadana en elecciones intermedias de todo este siglo, con 52.6 por ciento del padrón, es decir, 49.1 millones de ciudadanos acudieron a las urnas el 6 de junio.
“Estas elecciones demostraron, además, que el pluralismo político en México es dinámico y vigoroso, por lo que ninguna fuerza política puede dar por asegurado ni el triunfo propio ni el rechazo de los contrarios en las urnas; México es un país que no cabe bajo una sola voz, ningún partido tuvo por sí mismo la mayoría de la votación emitida”.
El titular del INE indicó que “las transformaciones políticas y sociales que se lograron en este periodo no se dieron de un día para otro ni por generación espontánea, de un partido o bien, a cargo de un líder carismático o de una fracción o grupo parlamentario”.