Ciudad de México. “Nada es eterno, excepto la Carrà”, ese adagio que circulaba entre los iniciados del mundo del entretenimiento ha sido tristemente desmentido este lunes. La italiana murió a los 78 años a causa de una enfermedad que padecía en silencio desde hacía ya unos meses. Por eso su deceso, anunciado en un comunicado por su ex pareja, Sergio Japino, tomó por sorpresa a sus seguidores.
“Raffaella nos ha dejado. Se ha ido a un mundo mejor, donde su humanidad, su inconfundible risa y su extraordinario talento brillarán para siempre”, explicó el también productor y coreógrafo italiano.
Raffaella Carrà, quien por décadas fue una de las artistas italianas más queridas y populares de la pantalla chica, llamada “reina de la televisión” de su país con su presencia energética y fuerte voz para cantar, era una figura adorada de las primeras décadas de Rai, especialmente cuando era la única televisora a escala nacional. La cantante conquistó el corazón del público en España y Latinoamérica, donde también fue muy popular.
Sensual y atrevida
Con vestuarios sensuales y atrevidos –para los estándares de la televisión estatal en un país donde el Vaticano tiene una influencia considerable– Carrà también fue reconocida por ayudar a las italianas a sentirse más seguras de sus cuerpos y sexualidad. Alguna vez, en un movimiento atrevido para entonces, dejó ver el ombligo durante una presentación en televisión.
“Desde hace un tiempo la enfermedad había atacado a su diminuto cuerpo, pero lleno de energía. La suya era una fuerza inconmensurable, que la llevó a lo más alto del star system mundial, su voluntad férrea no la abandonó hasta el último instante de su vida, haciendo que nada fuera visible en su más profundo sufrimiento, enésimo gesto de amor para su público y los que la hemos querido, para que nadie pudiera sufrir su personal calvario y tuviera un recuerdo luminoso y lleno de vida de ella”, detalló el comunicado.
Nacida como Raffaella Maria Roberta Pelloniel, el 13 de junio de 1943 en Bolonia, la cantante fue ícono de la música y la televisión, principalmente en Italia y en España. Se crió junto a su abuela y su madre, quien se separó de su marido al poco tiempo de que la también actriz llegó a la vida.
Se mudó a Roma a los ocho años para asistir a clases de baile en la Accademia Nazionale di Danza de la capital italiana. Desde pequeña tuvo que hacer grandes sacrificios para alcanzar la meta que se había fijado: llegar a ser coreógrafa. Dejó la academia a los 14 años cuando la directora le dijo que tenía los tobillos demasiado pequeños y que tendría que estudiar baile hasta los 28 para ser buena.
A los nueve años, debutó en cine con la película Tormento del passato, y a partir de entonces agregó estudios de interpretación a su formación. En 1960, la italiana protagonizó La lunga notte del 43, de Florestano Vancini, para después trabajar con Marcello Mastroianni.
“Ombligo de Italia”
Entre los años 70 y 80, Carrà se volvió un desacomplejado símbolo libertario. Todavía en blanco y negro, la cantante fue llamada el “ombligo de Italia” por mostrar el abdomen; mientras su baile interpretando la canción Tuca, tuca fue censurado por el Vaticano.
Raffaella Carrà, además de cantante, fue actriz, bailarina y conductora de televisión. Gracias a su música en español, también llegó a ser conocida en América Latina, mientras su peculiar manera de vestir la consagró como ícono de la moda. En 1965, la italiana protagonizó Von Ryan’s Express junto a Frank Sinatra, época en que rechazó al estadunidense.
Raffaella Carrà se ganó el cariño de una multitud de seguidores. Para la comunidad homosexual, sus canciones fueron inspiración. El tema Lucas, publicado en 1978, es considerado un himno acerca de las personas que están en el clóset y no se atreven a salir. A través de canciones pop, logró entrar en el corazón y la conciencia de un mundo profundamente conservador.
Entre los éxitos en español más destacados de la italiana están temas a como Hay que venir al sur, Qué dolor, Adiós amigo, Caliente, caliente y En el amor todo es empezar, los cuales se han mantenido en el gusto de los españoles desde los años 70.
Tanto en España, como en Italia, Carrà contó con más de un espacio televisivo. En su labor de conductora llegó a entrevistar a personajes como la Madre Teresa de Calcuta y a Rafael Alberti.
Durante tres décadas, la italiana no dejó de trabajar. Ofrecía conciertos, preparaba discos, actuaba o conducía programas, parecía inagotable. Publicó 25 álbumes de estudio y vendió más de 60 millones de discos. Todavía en 2013, luego de 14 años de espera, la cantante italiana volvió a la actividad pública para presentar Replay.
“Me considero una persona de izquierda a mi modo. Me he sentido siempre culpable. Durante toda mi vida he estado de parte de los trabajadores, de la gente que lucha, porque yo he trabajado muchísimo”, afirmó una vez la cantante al diario español El mundo.
A pesar de que en 2016 se retiró para tener una vida tranquila, su último disco publicado fue Ogni volta che è Natale, compuesto por temas navideños. En su última entrevista, realizada el año pasado con el Il Corriere della Sera, la italiana dijo que “tenía mucho miedo. No salgo y 2020 se ha vuelto un año sabático. El 31 de diciembre habrá que romperlo todo”.
Los detalles sobre el destino de los restos de Raffaella Carrà todavía no se conocen, pero se sabe que “había pedido un simple ataúd de madera sin terminar y una urna para contener sus cenizas”.