Aviñón. Un año después de la anulación de la edición 2020, por la pandemia, la ciudad francesa de Aviñón volvió a convertirse en la capital mundial del teatro con la apertura de su festival internacional, con un ojo en las tablas y otro en las restricciones sanitarias.
Esta ciudad del sur de Francia vive al ritmo de las restricciones con centros de detección, distribución de pruebas, mascarillas en la calle (a diferencia del resto del país) o aireación de las salas durante 40 minutos entre cada espectáculo.
A pesar de todo eso, los organizadores prefieren ver el otro lado. “¡Estoy eufórico, es como si fuera mi primer festival!”, se entusiasma su director Olivier Py, cuyo sucesor a partir de 2023, el portugués Tiago Rodrigues, primer extranjero en ocupar este puesto, fue anunciado ayer por la ministra de Cultura francesa Roselyne Bachelot en el Palacio de los papas.
“Haber sido privado del certamen el año pasado no hace más que crecer la impaciencia. Hemos aprendido hasta qué punto era valioso”, agrega.
El festival se lanza en la Cour d’honneur del Palacio papal, renovada este año, con el espectáculo El jardín de los cerezos, de Chéjov, con la francesa Isabelle Huppert en el elenco.
Una buena noticia llegó a finales de junio: todas las salas podrán estar a su máxima capacidad de espectadores. “No es seguro que se llene; habíamos fijado un cupo, sólo habíamos vendido 40 por ciento”, explica el director del festival. “Es un renacimiento, pues este año hay 20 mil plazas más a la venta, 35 aperturas de telón más, y desde la apertura de las taquillas, hay un entusiasmo inaudito del público”, añadió.