Un “último refugio” para osos polares y morsas en el océano Ártico puede ser más vulnerable a la crisis climática de lo que se pensaba, según un nuevo estudio.
La investigación encuentra que el calentamiento global tuvo en 2020 un papel decisivo en un episodio de derretimiento récord en la “última área de hielo” del Ártico, refugio crítico para la vida silvestre de esa región del planeta.
Es una de las regiones que se calientan más rápidamente en la Tierra, con algunas partes del área polar en las que la temperatura se eleva a un ritmo cuatro veces más acelerado que el promedio mundial.
El hielo marino de la región ha disminuido drásticamente como resultado de este rápido calentamiento. En los pasados 14 años se produjeron los 14 niveles más bajos desde que comenzaron los registros satelitales.
A pesar de la rápida desaceleración, sigue habiendo una región al norte de Canadá y Groenlandia donde el hielo marino es más grueso y más antiguo y, por tanto, se espera que persista durante más tiempo a medida que las temperaturas continúen subiendo. Es apodada la “última zona de hielo”.
También conocida como “Tuvaijuittuq”, que significa “el hielo nunca se derrite” en el idioma inuit inuktitut, se espera que la región actúe como un último refugio crítico para mamíferos como los osos polares y las morsas a medida que el hielo marino desaparece en gran parte del océano Ártico.
Sin embargo, el verano pasado los científicos observaron un episodio de derretimiento extremo en esta región, con niveles de hielo marino que cayeron a un mínimo histórico de 50 por ciento el 14 de agosto.
La nueva investigación, publicada en la revista Communications Earth &Environment, encuentra que el calentamiento global es parcialmente causante de la baja récord de banquisa.
“El pensamiento actual es que esta área puede ser el último refugio para especies dependientes del hielo. Así que si, como muestra nuestro estudio, puede ser más vulnerable al cambio climático de lo que la gente ha asumido, eso es importante”, destacó Axel Schweiger, autor principal del estudio y científico de la Universidad de Washington.
“El hielo marino circula por el Ártico, tiene una pauta particular, y naturalmente acaba amontonándose contra Groenlandia y la costa norte de Canadá. En los modelos climáticos, cuando los haces girar hacia adelante durante el próximo siglo, esa zona tiene la tendencia a que el hielo sobreviva en verano más tiempo”, explicó.
Al igual que en otras partes de ese océano, el hielo se ha reducido gradualmente, aunque el marino de la pasada primavera en el mar de Wandel fue, de media, ligeramente más grueso que en años anteriores.
El nuevo estudio utiliza los datos de los satélites y los modelos de banquisa para determinar la causa del mínimo histórico del verano pasado y concluye que alrededor de 80 por ciento se debió a factores meteorológicos, como los vientos que rompen y desplazan el hielo; el 20 por ciento restante, es decir, una quinta parte, se debió al adelgazamiento a largo plazo debido al calentamiento global.
Los hallazgos muestran que la pérdida récord de hielo en 2020 fue impulsada principalmente por un clima inusual, incluidos los fuertes vientos, que pueden hacer que el hielo se desintegre.
Sin embargo, alrededor de una quinta parte de la pérdida de hielo fue impulsada por el adelgazamiento de éste a largo plazo causado por la crisis climática, según los resultados de la investigación.
Además, refuerzan la necesidad de tomar medidas urgentes para aumentar rápidamente los niveles de dióxido de carbono, sostuvo Schweiger.
“(Necesitamos) reducir las emisiones de gases de efecto invernadero lo más rápido posible para que los animales dependientes del hielo no tengan que supeditarse a esta área como último refugio”, señaló a The Independent.
Los resultados encajan con lo que se sabe sobre cómo la crisis climática está impulsando un cambio sin precedente en el Ártico, añadió Jonathan Bamber, destacado científico de la Universidad de Bristol, que no participó en el estudio.
“Partes del Ártico experimentaron temperaturas récord e incendios forestales en 2020. Estos eventos extremos han sido predichos por los modelos climáticos durante algún tiempo a medida que la región se calienta a una tasa más del doble del promedio mundial”, indicó a The Independent.
“No es una gran sorpresa que el hielo marino más antiguo en la ‘última área de hielo’ del Ártico esté respondiendo a estas condiciones extremas, pero definitivamente es motivo de preocupación adicional, especialmente para las especies que dependen de éste como hábitat”.
Con información de Europa Press