Ciudad de México. El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que podría haber gente desanimada o debilitada en su administración, no por sucumbir a la corrupción, sino al enfrentar fuertes presiones del bloque conservador.
“No es que sean corruptos, sino que pierden fuerza, se desaniman; además, están sujetos a fuertes presiones, están enfrentando a todo el bloque conservador. Hay que estar bien firmes en las convicciones para soportar, para aguantar, tener aplomo”, advirtió.
En la conferencia de prensa matutina indicó que la limpia no es un asunto sencillo y pidió ver lo que se ha hecho para combatir la corrupción en ámbitos como el farmacéutico o los medios de comunicación.
“Yo no tendría 6.7 de aceptación en el pueblo (según una encuesta elaborada por su gobierno), tendría ocho, si soltara los 20 mil millones de pesos que se destinaban a los medios y periodistas. No se ocuparían de nada, no le hubiesen dado tanto vuelo al lamentable accidente del Metro de Tláhuac, se hubiesen quedado callados, como siempre lo hacían; pero había moche de por medio, chayote”, aseveró.
Entonces, estoy dispuesto a bajar hasta seis de aceptación “si me ahorro unos 10 mil millones de pesos más; aquí lo importante es tener la conciencia tranquila”.
El Presidente citó un apunte del general Lázaro Cárdenas que en mayo de 1937 anticipaba una posible renovación en su equipo para septiembre. Al parafrasear lo último, López Obrador sonrió.
Dijo que más allá de la honestidad del servidor público, de vez en cuando es necesario sacudir, zarandear, “zamarrear la mata”, para recordar al funcionario su tarea que es preservar el entusiasmo, la emoción social de servir al pueblo, lograr la transformación y no permitir la corrupción.
“Entonces, cuando va pasando el tiempo, algunos se van aburguesando y hay que pegar ciertas sacudidas”, comentó.
También defendió el nuevo bloque de la mañanera Quién es Quién en las Mentiras para exhibir noticias falsas, de ahí que rechazó a los grupos u organismos internacionales que consideran el espacio como una violación a los derechos humanos. Es una “interpretación muy ventajosa” de quienes no desean una confrontación de ideas o diálogo circular, sino preservar el monopolio de la verdad, sin réplica, en un modelo antidemocrático.
“¡Cómo no vamos a tener el derecho de decir ‘esto es una calumnia’ y probarlo! ¿Nos tenemos que quedar callados? Entonces, ¿los medios de información convencional pontifican, tienen la verdad absoluta?, ¿nadie puede replicarles?, ¿no hay libertad?”
El mandatario subrayó que el periodismo y la política son imperativos éticos, de ahí que no es válido lanzar noticias falsas a la ligera, como la del primero de mayo pasado, cuando un columnista aseguró que exoneró a un presunto narcotraficante.
“Es la mentira más escandalosa… periodismo en los tiempos de Salinas de Gortari, ¡ay, nanita!”, expresó.
Vergüenza debería ser defender un periodismo como ése, porque “pueden no estar de acuerdo con nosotros, pero ¿cómo defender lo indefendible?, ¿cómo defender la inmoralidad? Y hasta organismos internacionales están defendiendo esto”.