Pomona. Funcionarios y legisladores federales visitaron ayer un albergue de emergencia que el gobierno abrió en California para alojar a los niños que cruzan la frontera sur de Estados Unidos sin compañía de un adulto.
“No es fácil montar algo como esto tan rápido, y hacerlo bien, pero creo que pueden ver que este es un lugar en el que los niños pueden estar sanos y salvos”, comentó el secretario de Salud y Servicios Humanos (HHS), Xavier Becerra, a los reporteros que se encontraban fuera del refugio, el cual alberga a cerca de mil 400 niños en esta ciudad del condado de Los Ángeles.
Becerra agregó que considera “ejemplar” la instalación entre los albergues a gran escala, algunos de los cuales han sido objeto de críticas.
Es la segunda visita de Becerra en una semana a una de las instalaciones temporales abiertas por el gobierno del presidente Joe Biden en los meses recientes, luego de que decenas de miles de niños cruzaron la frontera sur de Estados Unidos sin compañía de un adulto. De los 14 centros que abrieron, dos fueron cerrados debido a que no cumplían con los estándares del gobierno, y otros han ido quedando vacíos a medida que más niños son entregados a familiares que viven en Estados Unidos o acogidos en instalaciones más adecuadas.
Aunque los refugios de emergencia son considerados mejores en comparación con los centros de detención fronterizos que están repletos de niños, el gobierno de Biden enfrenta cada vez más presión para solucionar la situación de niños migrantes que permanecen en albergues improvisados y sin licencia estatal, que fueron planeados como centros de detención temporales.