Cajeme, Son., Familiares de Tomás Rojo Valencia, vocero de la etnia yaqui encontrado muerto el 17 de junio, solicitaron a la Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora (FGJE) un segundo examen de genética al cadáver localizado en una fosa clandestina a 12 kilómetros de Vícam, que permanece en el área de Medicina Legal del Centro Integral de Procuración de Justicia, en Ciudad Obregón.
Aunque la fiscalía estatal confirmó a los familiares que los restos encontrados en un paraje cercano a Vícam corresponden a Tomás Rojo, su esposa e hija solicitaron nuevas pruebas para confirmar que realmente se trate del líder yaqui.
Los parientes solicitaron respetar su derecho a no hacer declaraciones mientras viven el duelo de su pérdida, y a través de la Fundación Green Teotl comunicaron que actuarán conforme a la legalidad y el estricto apego al estado de derecho. Añadieron que continuarán con el proceso hasta obtener certeza jurídica de las investigaciones del cuerpo y del móvil del crimen.
Por su parte, la FGJE informó que las pruebas que se realizaron, tanto dactilares como de ADN, confirmaron la identidad del líder yaqui, pero subrayó que todo familiar tiene derecho de solicitar un nuevo estudio, si así lo considera necesario, para confirmar los resultados ya emitidos por la institución investigadora.
“De acuerdo con la Ley General de Víctimas se reconoce y protege su derecho al acceso a la justicia y a la verdad, que implica el derecho a participar en el procedimiento penal y coadyuvar con el Ministerio Público en la investigación de los hechos, así como desahogar los actos de investigación que considere pertinentes”, comunicó.
Detalló que dicha solicitud de genética viene estipulada dentro de la Constitución y en algunos instrumentos que protegen a las familias de las víctimas, por lo cual se podría iniciar un nuevo proceso de identificación de los restos de Rojo, cuyo cuerpo permanece en instalaciones de la FGJE.
El activista yaqui fue uno de los principales opositores al acueducto Independencia en la administración de Guillermo Padrés Elías, por lo que fue amenazado y perseguido por fuerzas policiales de ese momento. Encabezó la llamada guerra por el agua en Sonora junto con un séquito de yaquis, entre ellos Luis Urbano Domínguez Mendoza, asesinado el 8 de junio en el centro de Cajeme.