La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) informó que impulsa el intercambio de experiencias y conocimientos de los criterios relevantes relacionados con la difusión y reforzamiento de las garantías de las personas, así como los beneficios de la aplicación del derecho internacional.
Por ello ya ha promovido un ciclo de conferencias con el Sistema Interamericano de Derechos Humanos y durante el foro Jurisprudencia de la CIDH en materia de igualdad y no discriminación en razón de género, se expusieron los beneficios a la colectividad ganados a través de la defensa de las garantías y el derecho internacional.
En este foro Mariel Ortega, especialista de la Sección de Cooperación Técnica, Promoción y Capacitación de la CIDH, habló sobre la discriminación estructural e interseccional en contra de personas LGBTI, mujeres, afrodescendientes, migrantes, entre otros miembros de grupos vulnerables.
“Cuando hablamos de discriminación estructural estamos hablando de cómo operan las estructuras a nivel macro, sociales y estatales, y cómo esto se traduce en la práctica para impedir el acceso a ciertos derechos a nivel estructural.
“La discriminación interseccional, es cómo diferentes factores —generalmente situaciones provenientes de la discriminación como el sexo, el género, la situación económica, el origen nacional, etcétera— se unen en una situación concreta e interactúan agravando la experiencia de discriminación de esa persona”, dijo la experta.
En su intervención, Manuel Canahui, especialista de la Relatoría LGBTI de la CIDH aseguró que el trabajo es hacer efectivo el principio de igualdad y no discriminación basada en género partiendo de los criterios planteados por órganos como la Comisión Interamericana, y que tienen competencias derivadas del derecho internacional, “es reconocer el carácter vivo de los instrumentos jurídicos internacionales y aplicarlos de manera evolutiva, según las sociedades van requiriendo”.