Familiares y organizaciones civiles demandaron justicia para los hermanos Verónica y Erick Razo Casales, quienes están en prisión desde hace poco más de 10 años acusados de secuestro. Mariana Domínguez, abogada de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH), señaló que las pruebas que existen en contra de ambos se basan en su propia confesión, que fue bajo tortura y “dichos de policías que declararon falsamente”.
Refirió que “la fabricación de culpables es una práctica generalizada en México y en la mayoría de los casos viene acompañada de otro tipo de violaciones de derechos humanos, como son la tortura, la siembra de pruebas incriminatoria, la prisión preventiva, violaciones al debido proceso, entre muchas otras”.
En un foro virtual, destacó que en el país esta violación a las garantías “se propicia y se facilita por un contexto complejo, por los discursos gubernamentales sustentados en un supuesto combate a la delincuencia organizada”.
Domínguez recordó que Verónica y Erick fueron detenidos el 8 de junio de 2011 en la Ciudad de México. “En ningún caso las autoridades se identificaron, no mostraron ninguna orden de aprehensión y además los policías que los detuvieron declararon falsamente sobre cómo fue la detención”.
Mencionó que ambos fueron trasladados a las instalaciones de la Policía Federal, “en donde fueron sujetos a actos de tortura, de intimidación e incomunicación. Por una parte Erick fue golpeado, electrocutado, sumergieron su cabeza en agua y fue amenazado incluso con la muerte de su madre y su esposa. Verónica también fue víctima de tortura sexual”.
Tanto Austreberta Casales Salinas, madre de las víctimas, como Luna, hija de Verónica, pidieron justicia por sus familiares.
