La primera plana de Morena vivió anoche el festejo por el tercer aniversario del triunfo electoral de 2018 en medio de luces y sombras: con la plena coincidencia de respaldo e impulso al proyecto del presidente Andrés Manuel López Obrador, pero en medio de divergencias con la dirigencia nacional y un descontento que buena parte de los militantes (unos 4 mil) expresaron con silbidos durante el discurso de Mario Delgado, presidente nacional del movimiento.
La celebración en el Auditorio Nacional permitió, asimismo, vislumbrar las simpatías por la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, quien se llevó no sólo aplausos, sino el grito de “presidenta, presidenta”.
La jefa de Gobierno, quien hizo uso de la palabra antes que Delgado, fue quien se llevó la noche, la que recibió los mayores aplausos de entre los ocho oradores que participaron. Los gritos de “Claudia, Claudia”, resonaron, seguido de los de “presidenta, presidenta”.
El respaldo obligó a Delgado Carrillo a levantar la mano de la mandataria capitalina, cuando ella regresó a su lugar en el presídium.
Sheinbaum Pardo resaltó que pese al “brote conservador” que se levantó contra Morena, el movimiento triunfó a nivel nacional, "pero también hay que decirlo, aquí en la Ciudad de México se ensañaron con una campaña sucia que tuvo eco en algunos sectores de la población".
A la vez, reclamó: “hay que decirlo, hubo un exceso de confianza y falta de unidad, así como otros factores externos que provocaron el resultado electoral”. Llamó a no bajar la guardia y ubicar dónde están los adversarios.
Estuvieron presentes en el acto gobernadores en funciones y electos, integrantes del gabinete presidencial, diputados federales y senadores, al igual que militantes de distintas partes del país.
Participaron casi todos los gobernadores de las 17 entidades en las que ganó el partido guinda. Sólo faltó Jaime Bonilla, de Baja California; Miguel Barbosa, de Puebla, y los futuros gobernadores de Michoacán, Guerrero y Zacatecas.
Luego de siete oradores, Mario Delgado subió al escenario para cerrar el festejo. Pero en cuanto tomó el micrófono, se escucharon abucheos y silbidos desde las zonas donde se encontraban los militantes.
A tal grado que debió llamar a la unidad en dos ocasiones y advertir que “los enemigos de la transformación están allá afuera, y no dudarán en aprovechar o fomentar la discordia y las intrigas para debilitarnos”.
Los conservadores, agregó, “anhelan un movimiento dividido, pues saben que no pueden derrotarnos, porque lo que nos hace diferentes a ellos es que luchamos por causas, por ideales; no por puestos ni privilegios”.
Como la silbatina continuaba, pese a que simpatizantes de Delgado lanzaban también consignas a su favor, los gobernadores, con Sheinbaum al frente, se pararon al instante para arroparlo y se colocaron a su alrededor hasta que concluyó su discurso.
El líder morenista convocó a “un proceso de reorganización interna fraterno, solidario y ejemplar. Debemos nuevamente abrir la afiliación a la ciudadanía y llamar a la conformación de comités para la defensa de la cuarta transformación, además de renovar nuestras estructuras organizativas. Debemos reconocer errores y aciertos, y corregir de inmediato”.
Entre las ausencias ayer en el festejo, fue notoria la del coordinador de los senadores, Ricardo Monreal, así como de su hermano David, gobernador electo de Zacatecas. Un punto de coincidencia de los ocho oradores, entre ellos la gobernadora electa de Colima, Indira Vizcaíno Silva, y el responsable del Instituto Nacional de Formación Política de Morena, Rafael Barajas, El Fisgón, fue el llamado a participar en la consulta ciudadana que se llevará a cabo el próximo primero de agosto.
Varios de los artistas que animaron el encuentro, entre ellos la senadora Susana Harp, se refirieron al tema y se dio a conocer una melodía que llama precisamente a esa consulta, en la que los ciudadanos deberán decidir si están de acuerdo en que se juzgue a los ex presidentes de la República que cometieron actos de corrupción.