Vancouver. Millones de personas continuaron ayer bajo alertas de calor en el oeste de Canadá y el noroeste de Estados Unidos, donde los termómetros marcan máximos históricos y la policía ha reportado decenas de muertes probablemente relacionadas con las altas temperaturas.
La ola de calor desbordó a los servicios de emergencia: al menos 134 personas han muerto de manera repentina desde el pasado viernes en Vancouver y cientos más en la provincia de Columbia Británica, según la policía canadiense y el servicio forense local.
“Las temperaturas registradas esta semana no tienen precedente, se han perdido vidas y el riesgo de incendios forestales está en un nivel peligrosamente elevado”, señaló el premier canadiense, Justin Trudeau.
El estado de Washington registró al menos 16 muertes relacionadas con la ola de calor.
En tanto, las altas temperaturas en el valle, las montañas y las áreas desérticas de California dispararon los temores de incendios forestales en medio de condiciones meteorológicas secas y ventosas con tormentas eléctricas que podrían provocar fuegos en varias zonas del oeste de Estados Unidos.
El presidente Joe Biden indicó en reunión virtual con gobernadores de varios estados occidentales que la amenaza de incendios forestales en la región era este año “más grande que nunca” y recordó que los del año pasado arrasaron más de 4 millones de hectáreas en todo el país.
Unos 9 mil bomberos fueron desplegados para combatir incendios en una docena de estados, con especial atención en el Lava Fire, que se ha devorado ya más de 7 mil hectáreas en el norte de California.
Los 250 habitantes de la localidad de Lytton, unos 250 kilómetros al este de Vancouver, fueron obligados a desalojar sus viviendas debido a que los incendios forestales se han extendido.
Lytton batió un récord canadiense de alta temperatura por tercer día consecutivo el martes, al alcanzar 49.5 grados Celsius, según el servicio meteorológico, Environment Canada.