Ankara. Turquía se retiró oficialmente este jueves del Convenio de Estambul, un tratado internacional que protege a las mujeres contra la violencia machista, en una decisión que valió al presidente Recep Tayyip Erdogan fuertes críticas dentro y fuera del país.
La decisión fue anunciada por el gobierno en marzo y este jueves, día en que se hace efectiva, hay manifestaciones convocadas en varios puntos de Turquía.
La decisión tomada por Erdogan coincide con un aumento de los feminicidios en el país desde hace una década. Por ello provocó la cólera de organizaciones de defensa de los derechos humanos y las críticas de la Unión Europea (UE), Estados Unidos y la ONU.
Miles de mujeres se manifestaron en marzo por todo el país para denunciar esta medida, al considerar que podría insuflar un sentimiento de impunidad a los maltratadores.
Varias asociaciones convocaron movilizaciones el jueves por la noche y se programaron concentraciones por toda Turquía, como en Estambul, donde debía celebrarse una manifestación a partir de las 16H00 GMT.
"Valores familiares"
El tratado, firmado por el país en 2011 y que fue ratificado por 34 países miembros del Consejo de Europa, es el primer instrumento supranacional que fija normas obligatorias para evitar la violencia contra las mujeres.
Turquía, primer Estado que lo firmó, es el primero en retirarse.
El gobierno turco argumentó que el tratado "pasa por alto los valores familiares" y "normaliza la homosexualidad", ya que pide que no se discrimine en función de la orientación sexual.
Contrariamente a lo que pasa en la mayoría de países con mayoría musulmana, la homosexualidad no es ilegal en Turquía, pero sí hay una clara homofobia.
Los analistas consideran que la decisión de Erdogan se explica sobre todo por su deseo de contar con los apoyos del electorado más conservador en un momento en que el país atraviesa importantes baches económicos, de cara a las elecciones de 2023, que se auguran difíciles para el mandatario -que lleva casi veinte años en el poder-.
Además de retirar a Turquía del Convenio de Estambul, Erdogan ha pronunciado varias declaraciones en los últimos meses consideradas homófobas por las asociaciones de defensa de los derechos de la comunidad de lesbianas, gays, transgénero, bisexuales e intersexuales (LGTBI).
Con todo, consciente del peligro de ponerse en contra a las votantes, Erdogan desveló el jueves un "plan de acción" para luchar contra la violencia machista, que incluiría, por ejemplo, la revisión de la legislación y una mejor formación de los magistrados en estos temas.
"Algunos intentan presentar nuestra retirada del Convenio de Estambul […] como una marcha atrás. Nuestra lucha contra la violencia contra las mujeres no empezó con el convenio y no terminará con esta retirada", se defendió Erdogan.
Asimismo, el presidente afirmó que la lucha contra la violencia buscaba "proteger el honor de nuestras madres y de nuestras hijas", un comentario que podría enfadar a las asociaciones que le acusan de reducir el papel de las mujeres a la maternidad.
"Peligroso mensaje"
Varios partidos de la oposición advirtieron que harán todo lo posible para que Turquía vuelva a adherirse al convenio.
Varios opositores a la retirada habían apelado a la justicia para impedir la medida, pero su recurso fue rechazado el martes.
"Esta retirada envía un peligroso mensaje a los que perpetran actos violentos, mutilan y matan: se les está diciendo que pueden seguir haciéndolo en total impunidad", lamentó el jueves la responsable de Amnistía Internacional, Agnès Callamard, estimando que en materia de derechos de la mujer, Turquía retrocedía 10 años con esta decisión.
De hecho, las asociaciones de defensa de los derechos de las mujeres temen que la violencia aumente, mientras que la situación ya es crítica.
En 2020, 300 mujeres fueron asesinadas en Turquía por sus parejas o ex parejas y las cifra llega a 189 en la primera mitad de 2021, según el grupo de defensa de los derechos de la mujer "Pongamos fin a los feminicidios".