Ottawa. Otras 182 tumbas sin nombre fueron halladas en un antiguo internado de niños indígenas en Canadá ayer, el mismo día que ardieron dos iglesias, en momentos en que la ira aumenta por el escándalo de los abusos en estos centros.
Expertos descubrieron, gracias a radares de penetración terrestre, lo que se cree que son los restos de niños de entre cinco y 13 años en la antigua Escuela de la Misión San Eugene, cerca de Crankbrook, en la provincia de Columbia Británica, informó la comunidad indígena de lower kootenay.
Al parecer se trata de los restos de miembros de varios grupos de la nación ktunaxa, que incluye a lower kootenay y otras comunidades indígenas vecinas.
La comunidad de lower kootenay explicó que el año pasado comenzó una búsqueda en los terrenos de Cranbrook, donde la Iglesia católica gestionó una escuela en nombre del gobierno federal desde 1912 hasta principios de la década de los 70.
Apenas en mayo se descubrieron los restos de 215 niños en tumbas sin nombre en la antigua Escuela Residencial Indígena Kamloops, en Columbia Británica, y la semana pasada otras 751, también sin identificar, en la Escuela Residencial Indígena de Marieval, en Saskatchewan.
El premier canadiense, Justin Trudeau, señaló en rueda de prensa que los “horribles descubrimientos” de tumbas sin nombre han obligado a los canadienses “a reflexionar sobre las injusticias históricas y continuas que han enfrentado los pueblos indígenas”.
Trudeau instó a todos a participar en la reconciliación, a la vez que denunció el vandalismo y el incendio de iglesias en todo el país.
Dos iglesias católicas, una en Alberta y otra en Nueva Escocia, ardieron ayer a primera hora en medio de pedidos para que el papa Francisco pida perdón por los abusos cometidos en internados indígenas.
A pesar de que aún no se ha establecido oficialmente relación directa entre los incendios de iglesias y el descubrimiento de las tumbas sin nombre, las especulaciones aumentan en medio de una intensa ira y tristeza que provocan estos hallazgos.
Hasta la década de los 90, unos 150 mil jóvenes indígenas, inuits y mestizos fueron matriculados por la fuerza en 139 de estas escuelas residenciales, donde fueron abusados física y sexualmente por directores y maestros que los despojaron de su cultura e idioma.
Más de 4 mil murieron por enfermedades y negligencia en esos internados, según una comisión de investigación que concluyó que Canadá cometió un “genocidio cultural”.