El capitalismo experimenta una crisis sistémica y multidimensional y el imperialismo es la principal amenaza para la humanidad, expresa el Manifiesto Bicentenario de la Batalla de Carabobo (MBBC), adoptado en Caracas el 23 de junio (https://n9.cl/gpyzr) por el Congreso Bicentenario de los Pueblos del Mundo (CBPM). La humanidad –prosigue– padece las consecuencias económicas de la crisis, que especialmente afecta a las personas con menor poder adquisitivo; “la pandemia potencia la crisis, incrementa los problemas sociales y evidencia las injusticias del dogma neoliberal”.
El CBPM es central en la conmemoración por Venezuela durante este año del bicentenario de la decisiva victoria de Carabobo, que consolidó su independencia y sentó las bases para que los ejércitos de Simón Bolívar emprendieran la liberación de los actuales Bolivia, Ecuador y Perú. Junto a la Gran Colombia estas nuevas repúblicas formaban parte del proyecto de unidad continental de El Libertador, que éste esperaba concretar en el Congreso de Panamá. Carabobo (1821) hizo posible Ayacucho (1824), símbolo de la primera independencia de América Latina. Hoy Carabobo indica el camino hacia nuestra segunda independencia.
Al dominio español y británico sucedió hasta hoy el de Estados Unidos (EU), ahora afligido por la aludida crisis sistémica y por su crisis como potencia hegemónica, que trata de conjurar con una demencial redición de la Doctrina Monroe. En Nuestra América –advierte el MBBC–, región sembrada de bases militares de EU, “se desarrolla una trascendental batalla geopolítica” y advierte sobre el intento recolonizador sobre los bienes naturales y públicos y los saberes de nuestras naciones. “Un plan orquestado para el saqueo que también afecta a nuestras culturas. Robo de los saberes ancestrales, privatización de la genética de los pueblos antiguos y memoricidio colectivo”.
El CBPM, convocado el 4 de febrero de este año por el presidente Nicolás Maduro, arrancó desde las bases populares, juveniles, culturales, sociales, que mueven y defienden a la revolución bolivariana y chavista. Busca la formación política de líderes y lideresas de barrios y comunidades, la creación mediante el diálogo del consenso social y la consolidación y el avance revolucionario en todos los campos de la vida económica, política, social y cultural ante un implacable bloqueo, unido a otras formas de guerra de cuarta generación, que incluyen derrotados intentos de invasión, de magnicidio y golpistas.
Integrantes de base de este congreso se fundieron entre el 18 y el 24 de junio pasados con su “capítulo internacional”: más de 500 invitados de 67 países y miles de participantes en línea en sus deliberaciones. Concluyó el 24 de junio con la 19 Cumbre del Alba-TCP, también dedicada a Carabobo, donde se complementó el análisis de la coyuntura actual en América Latina y en el mundo realizado por el CBPM. El Alba, cuya primera evocación es la magna acción fundadora del dúo Chavez-Fidel traducida en un cuestionamiento frontal al sentido común neoliberal, un gran impulso a los procesos revolucionarios y progresistas y a la unidad e integración de la Patria Grande, que hoy perduran.
Con entusiasta presencia femenina y juvenil llegaron al congreso representantes de los pueblos de América Latina y el Caribe, África y Medio Oriente, Europa, Estados Unidos, Canadá y también de Asia oriental pese al cierre de fronteras y otros inconvenientes derivados de la combinación de la pandemia y el inclemente bloqueo antivenezolano. El MBBC cuestionó a fondo la gestión de la pandemia con los parámetros neoliberales. “Las políticas públicas ante el Covid-19 implementadas por los gobiernos que defienden el capitalismo neoliberal, colocan en peligro a la humanidad. Profundizan “las desigualdades, incrementan la pobreza, aumentan el desempleo, arrecian los desalojos y la exclusión social”. El manifiesto censura la especulación de las corporaciones farmacéuticas internacionales y la batalla entre potencias occidentales por la producción y distribución de las vacunas contra el Covid-19 y se pronuncia por la supresión de las patentes, la transferencia de tecnología y una distribución justa que permita la vacunación universal. En relación con la lucha de los pueblos de la región ve un panorama esperanzador en las movilizaciones populares “masivas” de Chile, Haití, Colombia y Brasil, unidas a las victorias político-electorales en Chile, Perú y México. El congreso, que culminó entonando el himno La Internacional, condenó “las medidas coercitivas unilaterales” y los bloqueos de EU contra Venezuela, Cuba, Irán, Siria, Corea del Norte, Mozambique, Zimbabue y China, y se pronunció contra todo resto colonial, como en Puerto Rico y Las Malvinas. También expresó su apoyo militante a los pueblos palestino y saharaui en su lucha por la independencia y la autodeterminación.
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