Hermosillo, Son. Con bailes, cantos y disparos al aire, la tribu de la Nación Comcáac celebró el Año Nuevo Seri este 30 de junio y 1 de julio, según sus tradiciones esto renueva su vida y la conexión con la naturaleza como parte de su cosmovisión; por ello pidieron a las estrellas salud y desarrollo para sus comunidades, luego de que la pandemia por el Covid-19 cobrara la vida de dos de sus líderes y cancelara sus rituales.
La conmemoración fue en el territorio de Punta Chueca, ubicado en la costa del municipio de Hermosillo, capital de Sonora, donde el Gran Desierto de Altar se funde con el Mar de Cortés. Ahí la Nación Comca’ac bailó, cantó y rezó junto a decenas de visitantes nacionales y extranjeros que llegaron para conmemorar esta fiesta por el reverdecer de la naturaleza de acuerdo a su cosmovisión.
En entrevista para La Jornada, Gabriel Hoeffer, miembro del Consejo de Ancianos platicó que la fecha la marcan trece estrellas en el firmamento y el inicio de la temporada de lluvias. Expuso que al interior de la fiesta todos son iguales, no hay razas, ni diferencia de clases sociales.
“Nos estamos guiando por trece estrellas, que salen a lo largo de este caminar hasta este día, hoy que han salido todas, eso significa que es la conclusión de un ciclo en nuestras vidas, va haber cambios en el océano, en la marea, en el desierto, en la naturaleza, las lluvias también nos van a visitar y por lo tanto nosotros también nos preparamos como Comca'ac para cambiar junto a nuestro entorno”, expuso Gabriel Hoeffer.
Detalló que en cada celebración de Año Nuevo, hombres y mujeres realizan mandas y peticiones, por ello este año 2024 (Según su numerología) el acuerdo fue pedir salud y desarrollo para sus comunidades. Luego de que el virus del Covid-19 ingresara al interior de la etnia y cobrara la vida de dos de sus maestros, Fernando Morales y Óscar Perales.
En su honor y como parte de su tradicional festejo ondeaban la bandera de la Nación Comcáac y la Guardia Tradicional disparó varios tiros al aire hacía el Mar de Cortés. Las matriarcas de la etnia cocinaron caguama y bebieron vino de pitahaya en un biznaga con conchas de mar. Además de bailar, cantar y rezar a la orilla del mar.
Tras cuatro semanas con temperaturas que rozan los 50 grados centígrados de calor extremo y convierten al desierto de Sonora en una de las regiones más cálidas y luego de largos meses de sequía en la entidad, el Año Nuevo Seri, en particular en este 2021, significa la esperanza de una reactivación económica y social de la tribu, luego que el año pasado se suspendió la festividad a causa del coronavirus.