Río de Janeiro. A la espera de unos cuartos de final impredecibles, la tensión comenzó a acechar a las ocho selecciones sobrevivientes en la Copa América.
La pelota dejó de rodar en los estadios, pero se prepara silenciosa para regresar a partir de este viernes, cuando Perú y Paraguay, en Goiania, y Brasil y Chile, en Río de Janeiro, salgan a la cancha.
Como suele ocurrir en los juegos de eliminación directa, el dramatismo será palpable desde el silbatazo inicial, incluso ya se percibe en las concentraciones con prácticas cada vez más aisladas de las cámaras.
“Chile es un equipo de mucha calidad, no fue sorpresivo que conquistaran dos Copa América seguidas (2015 y 2016). Ese grupo sabe jugar este tipo de partidos, independientemente del momento que atraviesan, siendo séptimos en las eliminatorias sudamericanas y ganando un solo partido en este torneo (1-0 ante Bolivia”, afirmó el defensa brasileño Thiago Silva ayer en conferencia previa al duelo ante el combinado andino.
“Todos quieren vencer a la selección brasileña. Será un duelo muy difícil, complicado. Lo más importante es que estamos preparados para enfrentarlos, vamos a intentar neutralizarlos para vencerlos”, agregó.
En tanto, la selección chilena recibió la mejor noticia antes de enfrentar a la Verdeamarela, pues el delantero Alexis Sánchez viajó junto al plantel rumbo a Río de Janeiro, al parecer ya recuperado de una lesión muscular.
A su vez, el lateral de Colombia, Stefan Medina, aseguró que Uruguay “puede no ser espectacular, pero es práctica”, ayer en una conferencia en Brasilia, donde se enfrentará su selección ante los charrúas el sábado.
“Tienen una idea muy clara y con base a eso se hacen demasiado fuertes”, señaló, además de destacar sus individualidades de elite, entre ellas, Luis Suárez y Edinson Cavani.