Ciudad de México. Con palos y petardos, grupos de choque de facciones que se disputan el control del PRI se enfrentaron la tarde de este martes en la sede nacional del partido, donde priístas instalaron un plantón permanente en demanda de la renuncia de su dirigente, Alejandro Moreno Cárdenas.
La cúpula tricolor acusó de la agresión –en las calles aledañas al partido– al ex gobernador de Oaxaca Ulises Ruiz Ortiz, uno de los que encabezaron la toma del inmueble en Insurgentes Norte. La Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México desplegó policías antidisturbios en las sedes del Comité Ejecutivo Nacional y en la capitalina, en avenida México-Tenochtitlán.
En mensajes en sus redes sociales, el PRI difundió videos del momento en que un grupo de hombres persigue y golpea con palos a priístas enviados por la dirigencia de la capital del país a tratar de recuperar el edificio. Mientras unos apalean a un hombre en el piso, en la calle Luis Donaldo Colosio, se escucha a otro exclamar una orden: “¡A los niños , no!”
Junto con el video, el tricolor afirmó: “este es el equipo de gente armada que Ulises Ruiz envió al PRI, donde había un acto de militantes para respaldar a la dirigencia nacional. No vamos a permitir que la violencia se apodere del PRI”.
Incluso, afirmó que hubo disparos de arma de fuego, versión que fue rechazada por quienes mantienen la toma del Revolucionario Institucional. “A punta de balazos quieren dividirnos”, acusó la dirigencia nacional.
También presentó testimonios de gente golpeada y herida por cohetones, luego de que había participado en “una movilización pacífica” en la sede partidista.
Después del enfrentamiento, los priístas enviados por el comité de la Ciudad de México se retiraron y se mantiene el bloqueo. Por la noche se presentaron más personas a reforzar el campamento y a los participantes se les sirvió atole y tamales.
A las 6 de la mañana, unas 600 personas –según cálculos de los organizadores– empezaron la movilización y colocaron candados y cadenas en las puertas del partido, y advirtieron que permanecerán ahí “hasta que caiga” Moreno Cárdenas, a quien responsabilizan de “la derrota histórica” del PRI el 6 de junio.
Ante el inédito cierre del partido, en un comunicado, los sectores y organizaciones del Revolucionario Institucional expresaron su respaldo a la dirigencia y acusaron que Nallely Gutiérrez Gijón –quien también encabezó la protesta– y Ruiz Ortiz “cuentan con una trayectoria cuestionable y han estado vinculados a tratos con Morena para desestabilizar al partido desde hace dos años”.
Afirmaron que Gutiérrrez Gijón “apoyó a candidatos de partidos distintos al PRI, lo cual “la hace merecedora de la expulsión, sobre todo cuando hay evidencia fotográfica donde hace evidente su proselitismo en favor de contendientes de Morena”.
De Ruiz Ortiz expresaron que ya ha buscado la dirigencia del tricolor “para ceder el control de este instituto político a los morenistas, y es importante considerar las investigaciones abiertas por presunta corrupción durante su gobierno y por el presunto vínculo con la muerte de activistas y periodistas” en la entidad.