Londres. Serena Williams, quien buscaba hacer historia, acabó abandonando entre lágrimas en la primera ronda de Wimbledon, donde Roger Federer sobrevivió a un buen susto gracias a la lesión de su oponente, y la española Carla Suárez, recientemente recuperada de un cáncer, se despidió emocionada en su última participación en el Grand Slam británico.
En el último partido en una pista central cubierta debido a la lluvia, Williams, siete veces campeona de Wimbledon, se enfrentaba a la bielorrusa Aliaksandra Sasnovich.
Era el primer paso en su intención de levantar de nuevo el trofeo e igual el récord de 24 Grand Slams individuales de la legendaria tenista australiana Margaret Court, agrandando su leyenda.
Pero la estadunidense de 39 años, quien nunca hasta ahora había perdido en primera ronda en Londres, resbaló cuando iba ganando 3-1 en el primer set y tuvo que ser examinada del tobillo izquierdo. Regresó tras recibir atención médica, pero acabó tirando la toalla con 3-3 y se marchó cojeando y entre lágrimas.
Federer, quien busca su noveno trofeo en Wimbledon y récord de 21 Grand Slam, respiró tranquilo cuando su oponente, el francés Adrian Mannarino, abandonó también por lesión con 6-4, 6-7 (3/7), 3-6 y 4-1 en el marcador.
El suizo, octava raqueta del mundo a sus casi 40 años, afirmó no querer imponerse así y deseó “una rápida recuperación” al francés, del que dijo que “podría haber ganado el partido porque jugó mejor”.
La cancha central había sido poco antes escenario de otro dramático duelo entre la australiana Ashleigh Barty, número uno del mundo, y Suárez, quien volvió este mes a la competición tras someterse a quimioterapia contra un linfoma de Hodgkin, un tipo de cáncer que afecta al sistema inmunológico.
Animada por un público que aplaudió cada uno de sus puntos, Suárez, de 32 años, luchó como una leona, pero Barty, agresiva y potente, acabó imponiéndose 6-1, 6-7 (1/7) y 6-1.
Ahora Suárez se preparará para representar a España en los Juegos Olímpicos de Tokio.