“No estamos contra los ricos, no todo el que tiene es malvado, hay quienes han hecho su fortuna con trabajo, además, invierten, generan empleos, son fundamentales, no podríamos sacar adelante al país sin la participación de los empresarios”, aseguró el presidente Andrés Manuel López Obrador.
En la conferencia de prensa matutina de ayer, reiteró su crítica a la clase media –en el transcurso de ella calificó de racista “el cuestionamiento” a los Voladores de Papantla– y adelantó que formará una que sea fraterna, con principios humanistas, que no se forme en el clasismo, que no se vuelva racista, ladina, sabionda y que nada más le importe su situación personal.
López Obrador consideró, de nuevo, saludable entablar el debate sobre el papel actual de la clase media. Y dio cuenta de la relevancia del sector pendiente al que consideró fundamental: “no estamos contra los ricos; hay quienes han hecho su fortuna con trabajo y de conformidad con la ley, y merecen respeto; además, invierten, generan empleos, son fundamentales, no podríamos sacar adelante al país sin la participación de los empresarios, del sector privado, no se puede hacer todo con inversión pública, no alcanza.
“Antes había más posibilidades, pero con el saqueo dejaron muy endebles, muy debilitadas las finanzas públicas y se requiere de la unidad, de la economía mixta, del sector social, desde luego, de los trabajadores, de los campesinos, se requiere del sector público y del sector privado.”
De nueva cuenta critica a la clase media
El Presidente volvió a hablar de la clase media, cuya valoraciónde la realidad produce “agravio al hacer a un lado los valores y darle aliento a un modelo de vida individualista, aspiracionista –aunque no les guste lo voy a seguir diciendo–, que consiste en triunfar a toda costa, sin escrúpulos morales de ninguna índole, pasando por encima de los demás, haciendo a un lado el humanismo, el amor al prójimo. Es escalar, encaramarse como sea, tener dinero, bienes materiales, títulos, fama”.
La descripción del Presidente fue amplia, pues englobó a todos los sectores que considera opositores a su gobierno: antes se “hablaba de la sociedad civil, que eran independientes. No hay sociedad civil vinculada al pueblo, a los pobres; la llamada sociedad civil era filantropía, era lo que permitía llevar a cabo el saqueo y simular que se estaba ayudando a la gente, ellos se quedaban con las tajadas más grandes del presupuesto y repartían migajas.
“Los intelectuales orgánicos, que cobraban muchísimo dinero para callar y aplaudir, porque les compraban el silencio. Pues ahora están muy enojados porque muchos de ellos como articulistas y periodistas viven colmados de atenciones y de privilegios, en grandes mansiones, tienen hasta departamentos en el extranjero. Hay que reflexionar sobre el hecho de que se unieron todos los conservadores, empresarios, traficantes de influencias, políticos corruptos, periodistas vendidos o alquilados, intelectuales orgánicos, líderes partidistas, etcétera, etcétera, etcétera, y tenían un propósito: que no obtuviésemos mayoría en la Cámara de Diputados.”