Una jornada de nuevos reveses sufrió hoy la candidata Keiko Fujimori, cuando la justicia electoral rechazó otros siete pedidos de nulidad de actas de sufragio favorables a su contrincante Pedro Castillo, ganador del balotaje en Perú.
El Jurado Nacional de Elecciones (JNE) rechazó las apelaciones de los abogados fujimoristas, unido a las negativas de las cortes provinciales respectivas, con lo cual el total de fracasos se elevó a 28, pues en días previos ocurrió lo mismo con otras 20.
El abogado de Perú Libre, partido de Castillo, Aníbal Torres declaró a Prensa Latina que espera que el JNE termine de resolver las apelaciones pendientes la próxima semana.
Confió en que la corte actúe con celeridad y añadió que una buena señal es el hecho que sesionó hoy pese a ser feriado.
Entretanto, un grupo de políticos derechistas que viajaron a Washington para pedir a la Organización de Estados Americanos (OEA) para que audite los comicios, no reportó resultados de su primera jornada en la capital estadounidense.
Pretenden que sus indicios de supuesto fraude, que no pudieron demostrar ante la justicia electoral por carecer de pruebas, sean investigados por la OEA, cuya misión observadora del balotaje del 6 de junio emitió un informe que elogia la elección y considera correctas las decisiones de la justicia electoral.
La gestión directa ante la OEA se debe a que era previsible el fracaso de la carta de Keiko Fujimori al presidente Francisco Sagasti, a quien le pidió que solicite una auditoría internacional.
La primera ministra Violeta Bermúdez declaró a primera hora que es obligación del mandatario cumplir las decisiones del JNE, por lo que debe esperar por estas y no puede intervenir en el proceso electoral en curso.
Otro revés de la causa fujimorista fue el fracaso de la llamada “Marcha Nacional Auditoría o Vacancia”, que alude a la posibilidad o amenaza de que el parlamento, con mayoría derechista, destituya a Sagasti si no pide la intervención de la OEA.
El embajador jubilado Harold Forsyth, quien participó en muchas misiones de observación electoral, desahució los afanes de lograr una auditoría porque esta solo la puede pedir la misión observadora de la OEA, que consideró normales las elecciones, al igual que todos los demás grupos veedores locales e internacionales.