Ciudad de México. Las refinerías de Deer Park y Dos Bocas se suman a la carga de gasto de capital de Petróleos Mexicanos (Pemex) con “dudosos retornos de inversión y riesgos de sobrecostos”, lo que requerirá mayores apoyos de las finanzas públicas de México, reportó la calificadora Moody’s.
Tales son los requerimientos de capital en la petrolera mexicana, que los avances en el reemplazo de reservas en 2019 y 2020 poco servirán para sostener la recuperación.
Debido a un mayor gasto de capital y al incremento en los precios del crudo, Pemex continuará reemplazando alrededor del 100 por ciento de la producción de petróleo en 2021-22, agregó la firma de riesgo.
En el corto plazo, agregó, hay riesgos de sobrecostos y retrasos en la construcción de Dos Bocas. Se espera que el proyecto cueste 8 mil millones de dólares y concluya al cierre de 2021; sin embargo, “dado el conocimiento limitado del gobierno y de Pemex en la construcción de refinerías”, Moody’s prevé que la obra terminará costando más de los 10 mil millones a 12 mil millones sugeridos por empresas internacionales hace dos años.
A la par estima que la compra del total de la refinería de Deer Park a Shell, por alrededor de 596 millones de dólares, se sumará a las presiones de capital para la petrolera mexicana. “Dada la amplia capacidad de refinación, tanto a nivel mundial como en América del Norte, creemos que es probable que el rendimiento económico de las inversiones en refinación sea bajo”, recalcó.
Esto a su vez agrega exposición a un margen de producción de combustible más bajo, reducirá las exportaciones de crudo de Pemex y su generación de ingresos en dólares estadounidenses, lo que como resultado aumentará el riesgo crediticio.
“La generación de flujo de efectivo y las métricas crediticias de Pemex seguirán siendo débiles en el futuro previsible debido a una alta carga tributaria, vencimientos de deuda en curso y subinversión en exploración y producción a favor de una expansión de su negocio de refinación, que ha generado pérdidas durante varios años”, abundó.
Moody’s agregó que con el proyecto de estabilizar la producción, Pemex logró que las reservas probadas se reemplazaran a una tasa de 120 por ciento en 2019 y 118 por ciento en 2020, “poniendo fin a una década de declive en las reservas”. Así, el aumento neto de la reserva combinado con la producción estable de petróleo impulsó la vida útil de la reserva a 8.4 años en 2019 y 8.7 en 2020.
Sin embargo, la empresa mexicana es altamente vulnerable a los bajos precios de las materias primas dada su excesiva carga de deuda y su débil liquidez. Por lo que es poco probable que se produzca una mejora en el perfil crediticio de la petrolera, dada la perspectiva negativa para la calificación Baa1 de México y las expectativas de un flujo de efectivo negativo para la empresa, agregó.