Ciudad de México. El país no puede salir adelante sin la participación de los empresarios, y de todos los sectores, afirmó este lunes el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien refrendó que no está en contra de las clases medias, sino que su llamado es a que ésta sea humana y fraterna.
Al explicar en su conferencia de prensa en Palacio Nacional los efectos del pensamiento que prevaleció en la época neoliberal, y por lo cual, dijo, es importante ejercicios como la consulta ciudadana para iniciar un juicio contra ex presidentes, apuntó que no es lo mismo la educación que la cultura, por lo que se requiere recuperar valores en la sociedad.
Por eso, dijo, “vamos a formar una clase media fraterna, humana, que saquemos de pobres a millones de mexicanos pero que se formen con principios humanistas, que no se formen con clasismo, que no se vuelvan ladinos, sabiondos, de esos que les dan la espalda a los que sufren y que nada más les importa su situación personal, y no voltean a ver a los demás, no le dan la mano al que se quedó atrás para que se empareje”.
Subrayó que “no es estar en contra de la clase media, de ninguna manera, es que podamos humanizarnos más, ser más fraternos, no dejarnos envolver por lo material. También, no estamos en contra de los ricos, no todo el que tiene es malvado”.
Destacó que hay quienes han hecho su fortuna con trabajo, de conformidad con la ley, y hacen inversiones en el país para generar empleo, por lo que merecen respeto.
Ellos, dijo, “son fundamentales, no podríamos sacar adelante al país sin participación de los empresarios, del sector privado. No se puede hacer todo con inversión pública, no alcanza. Antes había más posibilidades, pero con el saqueo dejaron muy endeble, muy debilitadas las finanzas públicas y se requiere de la unidad de la economía mixta, del sector social, desde luego de trabajadores, de los campesinos, se requiere del sector público y del privado”.
Reiteró que de lo que está en contra es de la corrupción y de las personas que “de la noche a la mañana” amasaron fortunas al amparo del poder público, o de quienes a pesar de robarse el dinero del pueblo gozan de impunidad y no pierden su respetabilidad.