Zacatecas, Zac., La violencia criminal y la inseguridad en esta región del país se reflejan también en los muros del atrio y los corredores del templo católico donde se venera al Santo Niño de Atocha, donde hay nuevos y peculiares exvotos, consistentes en pequeñas imágenes alegóricas, pinturas y fotografías con textos que familiares de desaparecidos han colocado como sentida petición para encontrar a hijos, esposos o hermanos.
Este santuario se encuentra en la comunidad de Plateros, municipio de Fresnillo, 64 kilómetros al noreste de la capital de Zacatecas. Dos décadas atrás, antes de la violencia generada por los cárteles del crimen organizado, el clero lo consideraba, por el número de feligreses que lo visitaban, el tercer centro religioso más importante del país, después de la basílica de Guadalupe en la Ciudad de México y la catedral donde se venera la virgen de San Juan de los Lagos, en Jalisco.
Desde mediados del siglo XIX ya había feligreses que acudían al santuario de Plateros a rezar y hacer peticiones o agradecimientos mediante la colocación de exvotos en sus muros, dónde dan fe de “milagros” consistentes en salir con vida de un accidente grave o de una enfermedad, o por haber sorteado con éxito una tarea difícil, y hasta representando supuestas apariciones de santos o vírgenes.
Pero ahora entre los tradicionales exvotos hay decenas donde piden al Santo Niño de Atocha el regreso con vida de sus seres queridos o agradecen por haber encontrado sus cadáveres.
La ola de violencia criminal ha afectado la afluencia de peregrinos a este centro religioso, principalmente de migrantes radicados en Estados Unidos.
A principios de la década de 1990, a la vicaría llegaban hasta 300 autobuses con devotos al día. En la actualidad no superan 30.
Cuando la violencia apareció (en los recientes tres lustros), los delincuentes asaltaban los camiones y robaban las pertenencias de los peregrinos. Pero también robaban la iglesia, interceptaban las camionetas con las alcancías de limosnas cuando las trasladaban a Fresnillo. La situación económica de los comerciantes, restauranteros y habitantes en general de Plateros ha venido a menos.
Por lo pronto, a pesar de los riesgos, creyentes en general y familiares de desaparecidos arriban al santuario del Santo Niño de Atocha, para pedir por sus familiares ausentes y dan señas particulares: “Pedro Joel García Reyes, 25 años: tatuaje en dorso del brazo derecho, de San Judas Tadeo y en pantorrilla izquierda dos dados, un unicornio y el nombre de Dafne, Tonalá Jalisco, colonia Rey Xólotl. Desapareció el 6 de agosto del 2020”.