En un gran tianguis se han convertido los pasillos de varias estaciones del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro, lo que ha generado una “competencia desleal” para el comercio formal, denunciaron locatarios establecidos.
Sin sana distancia, con gritos para ofrecer sus productos y en varios casos sin usar cubrebocas, mujeres con mantas en el piso y con carteles con frases como “Mujeres libres de violencia” o “Tranquila hermana, aquí está tu manada”, venden desde golosinas, frituras, bisutería, peluches y hasta ropa, entre otras mercancías.
En un recorrido por las estaciones Pino Suárez, Tacubaya, Centro Médico y Chabacano se observó que en las dos últimas hay mayor cantidad de ambulantaje, aunado a que en los pasillos se generan aglomeraciones de personas que se detienen a ver o comprar diversos artículos, lo que impide el libre tránsito de los usuarios y “en caso de que ocurriera alguna emergencia sería un desastre”, expresaron comerciantes afectados.
En Centro Médico incluso hay letreros en los que se prohíbe documentar su actividad con la leyenda: “No fotos, no grabar, respeta mi intimidad”; mientras en Chabacano los pasamanos de los puentes peatonales que conectan con otras líneas los utilizan de tendederos, así como los de los transbordos y en los accesos a las escaleras.
Locatarios expresaron que son al menos 20 estaciones que están “invadidas” y cada día se extienden más con el pretexto de la causa feminista; sin embargo, hombres empiezan a instalarse también, así como los vagoneros.
Estamos en desventaja
Oscar Iván Sánchez, comerciante establecido desde hace 25 años, comentó que no obstante lidiar con las bajas ventas de hasta 80 por ciento por la pandemia y ganancias prácticamente para pagar la renta del local y el salario de los empleados, se tiene que luchar con la invasión del ambulantaje, cuando ellos cumplen con todos los lineamientos y “nos vemos en desventaja porque jamás vamos a poder competir con los precios de una persona que no cumple, que no paga todo lo que nosotros. Somos una cadena que alimenta a muchas familias y se debería considerar eso”.
Acusaron que en algunas estaciones incluso utilizan altavoces y bocinas y “pareciera que estamos viendo a los toreros en el Centro Histórico”, por lo que hicieron un llamado para evitar la tolerancia de estas malas prácticas que ponen en riesgo el sustento de gente que con esfuerzo ha logrado mantener sus espacios.