En la atención de salud que se otorga a la población LGBT prevalecen la discriminación, los prejuicios y la tendencia a centrarse en el aspecto “sexogenital”, al asumir que sus principales problemas son las infecciones de transmisión sexual y VIH/Sida, señaló Francisco Robledo Sánchez, director de ADIL Diversidad e Inclusión Laboral.
El capacitador en temas de diversidad sexual e inclusión laboral –quien se define “hombre gay”– subrayó que “la atención médica a la población LGBTI+ no se reduce a esas enfermedades ni a antirretrovirales; queremos un cuidado integral, que no sólo se nos sexualice o estigmatice. Hay que eliminar la discriminación” en atención a la salud. Esto sucede debido a los “prejuicios” personales y a que el personal médico “no tiene información sobre diversidad sexual y de género, a pesar de que se trata de especialistas en servicios de salud”, aunque indicó que no sólo ellos incurren en estas actitudes.
Éstas las practican desde el “personal de seguridad” de las instituciones hasta el “administrativo y las(os) asistentes médicas(os), por ello hay que invitarles a que se informen y observen la discriminación que pueden ejercer; que haya un despertar de la conciencia y sean agentes de cambio en donde trabajen”.
Informó que el 30 de junio habrá un conversatorio virtual en el que se tratarán “los problemas de accesibilidad a servicios de salud libres de violencia para personas LGBTI+ y cómo generar herramientas libres de discriminación”.
Las poblaciones trans, subrayó, son las que más experimentan prejuicios y discriminación en la atención sanitaria. Este sector generalmente debe recurrir a servicios públicos, pero al privarlo de acceso a empleo formal ni siquiera tiene prestaciones médicas.
“Tenemos en el país más de 13 mil personas trans que han cambiado su identificación legal por cambio de nombre y de género, pero se estima que podría haber entre 700 mil y un millón en México”.