Lima. El Jurado Nacional de Elecciones (JNE) de Perú retomó ayer sus labores para determinar al ganador de las elecciones presidenciales después de que se descubrieron maniobras desde prisión del ex jefe de inteligencia Vladimiro Montesinos para comprar magistrados y volcar las tendencias a favor de la candidata derechista Keiko Fujimori. El izquierdista Pedro Castillo obtuvo la mayoría en la votación, según las autoridades electorales.
El magistrado Víctor Raúl Rodríguez se incorporó al pleno del jurado, con lo que acabó la paralización causada por la “declinación irrevocable” de Luis Arce Sandoval hace tres días, lo que impedía avanzar en el lento proceso para dirimir impugnaciones de votos y proclamar al nuevo presidente.
En una breve ceremonia, Rodríguez prestó el juramento ante un crucifijo y una Biblia, mientras Perú sigue sin nombramiento formal del nuevo presidente tras la reñida segunda vuelta del pasado día 6, cuyo escrutinio final da ventaja de 44 mil votos al izquierdista Castillo, del partido Perú Libre, sobre Fujimori, abanderada de Fuerza Popular.
“La justicia electoral no puede quedar paralizada ni bloqueada, menos en esta fase del proceso”, dijo tras tomar juramento a Rodríguez el titular del JNE, Jorge Luis Salas, quien ha estado bajo asedio del fujimorismo, incluso con manifestaciones fuera de su hogar.
La autoridad electoral recuperó el quórum para poder sesionar, pero no tiene plazo fijo para proclamar al nuevo presidente. Todavía falta que el jurado termine de revisar las impugnaciones de miles de votos presentadas por Fujimori –varias de ellas ya rechazadas– antes de proclamar al ganador y quitar las acusaciones de fraude electoral que hace.
Durante la jornada, Piero Corvetto, jefe de la Oficina Nacional de Procesos Electorales, quien organizó la votación e hizo el escrutinio, tuiteó que sufrió una “agresión física” dentro del Club Regatas Lima, en el distrito de Chorrillos. Publicó dos fotos de su agresor, un hombre de pelo canoso que usaba cubrebocas para protegerse del Covid-19.
El JNE está en el ojo del huracán tras la divulgación de audios de Montesinos, ex jefe de inteligencia de Alberto Fujimori, dando instrucciones por teléfono desde la cárcel de la base naval del Callao para comprar a tres magistrados de la junta.
La fiscalía y la Marina de Guerra abrieron investigaciones, pues Montesinos hizo llamadas a un militar retirado fujimorista desde un teléfono fijo del penal de la base, aunque solo tenía permiso para llamar a su pareja.
Los audios fueron divulgados el jueves por el ex legislador Fernando Olivera, el mismo que difundió el 14 de septiembre de 2000 un video que mostraba a Montesinos sobornando a un parlamentario opositor para que se uniera al oficialismo.
La tarde de ayer, miles de partidarios de Castillo y Fujimori salieron, por segunda semana consecutiva, a marchar en Lima en defensa de su voto pese a los llamados de las autoridades de evitar aglomeraciones por la pandemia.
En la plaza San Martín, Castillo dijo a sus seguidores: “Queridos compatriotas, se acabaron las riñas. Llamo a la más amplia unidad al pueblo peruano. Hoy desde este momento no hay vencedores ni vencidos. Somos una sola familia. Se acabaron las diferencias, las desigualdades (...) No somos chavistas, no somos comunistas, no le vamos a quitar sus propiedades a nadie, eso es falso (...) somos democráticos”.
En la manifestación de apoyo a Castillo, muchos lucían sombreros de ala ancha como usó el candidato en la campaña y otros portaban látigos, como usan los “ronderos” o policías civiles en las regiones andinas del país. Algunos bailaban danzas típicas.
A pocas cuadras, miles de personas que respaldan a Fujimori desfilaron con banderas peruanas y pancartas que decían “no al fraude”. Llegaron a la plaza Bolognesi, delante de un estrado donde se presentó la hija del encarcelado ex presidente Alberto Fujimori. “Nosotros lo que queremos es que se analicen todas estas irregularidades, todas estas trampas que se han hecho en la mesa”, manifestó ante sus simpatizantes.