En México hoy existen importantes procesos encaminados a la libre determinación de pueblos y comunidades indígenas. Asunto que nos revela posibilidades de ejercicios concretos de vida política muy distintos a los que se conocen por el grueso de la población. Una expresión más vibrante de estos procesos la hallamos en las comunidades de la Meseta Purépecha, en Michoacán. Entre las diversas comunidades que allí se encuentran, la libre determinación es un ejercicio cotidiano que permite vislumbrar qué se debe conservar, qué les han despojado y qué reconstruir y recuperar. Y en esto, sobre todo, su vida comunitaria como pueblos indígenas.
Estas formas de autodeterminación acontecen desde la elección de sus autoridades, según sus tiempos, lo que se conoce en muchos casos como Concejos Indígenas. Pasan, asimismo, por la administración de recursos y su distribución de forma equitativa y participativa e incluso por los sistemas educativos y de salud. En resumidas cuentas, la libre determinación implica la forma de gobierno y vida comunitaria que ellas y ellos elijan. Todo un reto para las comunidades que, sin embargo, ahora asumen cada vez más dignamente, sin permitir ser timados por el Estado.
Por ello, resulta sumamente importante conocer a detalle cómo los pueblos se organizan para ejercer su derecho a la libre determinación, concatenado con otros muchos, para fortalecerse como un sujeto de derechos. De ahí que fuera interesante e importante el ejercicio que llevaron a cabo distintas organizaciones sociales los pasados 5, 6 y 7 de junio, mediante la conformación de la Misión Civil de Observación en Michoacán (MCO), en el contexto de los comicios 2021.
En efecto, Servicios y Asesoría para la Paz, la Brigada de Paz Marabunta y el Espacio OSC para la Protección de Personas Defensoras y Periodistas, acudieron a 11 comunidades en seis municipios de dicho estado, con las que sostuvieron intercambios y reflexiones. Éstas fueron: Nahuatzen, Sevina, Cheranástico, Aranza, Santa Fe de la Laguna, Ocumicho, San Felipe de los Herreros, Comachuen, San Ángel Zurumucapio, Janitzio y Cherán. Todas encaminadas en sus procesos de libre determinación, aunque de acuerdo con la MCO se documentó que al menos 26 comunidades impidieron la instalación de casillas de votación, procurando en muchos casos, en este mismo proceso de determinarse a sí mismas, nombramientos de cargos públicos enmarcados en sus sistemas normativos internos. Lo cual se realiza mediante Asambleas con sus propios tiempos y determinaciones, tal como la MCO lo dio a conocer en su informe en días pasados.
Ahora bien, entre los hallazgos de esta Misión Civil, llama la atención que la elección de autoridades, coordinadas por las instituciones electorales, no son la única forma mediante la cual se puede elegir o ejercer cierta democracia, ya que, como lo documentó in situ la MCO, estas comunidades se fortalecen día a día mediante la participación directa y toma de decisiones para la vida colectiva, sin que tengan que ceñirse a las reglas del juego del sistema de partidos y electoral.
Todo lo contrario, las elecciones de cargos y autoridades para conformar sus Concejos, se dan en formas y tiempos muy distintos a los “oficiales”. Son asambleas comunitarias con un alto nivel de consenso, las que designan quiénes darán ciertos servicios a la comunidad. Una forma interesantísima de ejercicio del poder comunitario y popular, sin que ahí se requiera partido o autoridad electoral alguna. De éstos sólo se espera respetar y reconocer tal ejercicio comunitario. Otros aspectos que pone de relieve la MCO es la intensa y constante participación de las mujeres en este proceso de la Meseta.
Vale la pena recordar que hace poco más de 10 años Cherán fue punta de lanza en los procesos de libre determinación en la región. Como ahora lo constata el informe que comentamos, fue en esta comunidad donde las mujeres hicieron sonar las campanas para llamar a las personas a organizarse para iniciar un proceso que les permitiera cuidarse entre sí, defenderse del acecho de actores contrarios a los intereses comunitarios y caminar hacia la libre determinación.
Hay que subrayar que en buena parte de las narraciones del inicio de estos procesos comunitarios se encuentra el estímulo y promoción activa de las mujeres, y en muchos de los casos con copiosa participación de las juventudes. Al hacer sonar las mujeres las campanas, resonaba en cada corazón la esperanza de poder conformarse como comunidades fortalecidas.
Es preciso decir que esto trajo consigo el que mujeres y jóvenes ahora hagan parte efectiva de los Concejos Indígenas, participando cada vez más en la toma de decisiones. Otras cosas oportunas y buenas han traído consigo los procesos de libre determinación. Sin duda complejas. Pero, como se dice en las comunidades, peor hubiera sido quedarse con “los partidos”. El informe pueden consultarlo en: http://bit.ly/3x4eMdD.