Guadalajara, Jal. Habitantes de la zona serrana en los limites de los estados de Nayarit, Durango, Jalisco y Zacatecas, han tenido que abandonar sus hogares, debido a la guerra que existe entre los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG) y al crimen organizado de tala ilegal de arboles.
Entre las localidades afectadas son Mesa de Torrecillas, Las Carreras, Mesa Alteña, Mesa de los Pinos, San José del Refugio, Carrizo, Santa Cruz, Canoas y Puerto Grande.
Las 10 familias afectadas han tenido que desplazarse y buscar refugio en Zacatecas, Durango y otros en Nayarit, son al menos 30 personas, niños, mujeres que se van por temor a que las agredan.
Algunos afectados refieren que antes se podía caminar por la sierra y pernoctar en cualquier lugar con tan solo una fogata para luego continuar su camino, sin embargo a comienzos del 2019 se dieron cuenta de la presencia de gente armada que llegó a Mesa de Torrecillas, y no pudieron identificar de dónde eran, si del gobierno o de algún grupo, “llegaron en camionetas nuevas, cerradas, y bajaron y comenzaron a repartir dinero y dulces a los niños”, quienes luego dijeron, “que eran sus compas que cada que iban les daban dinero y dulces”, situación que comenzó a repetirse.
En el 2020 estos hombres armados le dijeron a uno de los desplazados que estaban allí porque “estaban cuidando”, “que mejor se fueran, porque iban a seguir los tiroteos”, y fue cuando regreso a buscar sus documentos personales, que no tuvo tiempo de recoger por el tiroteo que se dio en febrero de ese año, en el que quemaron cuatro vehículos y murieron cuatro hombres que cree eran del CJNG.
Su casa estaba con la puerta abierta y sus cosas regadas, y ya no estaban sus herramientas.
Otro de los afectados dijo que en la ruta de Fresnillo a Santa Cruz, “a la gente que regresaba de trabajar de Zacatecas al bajarse en la localidad le quitaban sus pertenencias, lo poquito que ganaban”.
Y meses después comenzaron los levantones, se llevaron a ocho personas de la comunidad indígena, primero a un señor, después a tres de sus hijos, y al comisionado de seguridad, a uno de sus yernos y a dos de sus hijos que vigilaban el territorio debido a la tala ilegal y al saqueo de madera, y esto delante de sus familias a las que solo les dijeron que después se los regresaban.
Las comunidades afectadas presentaron denuncias y exigieron seguridad, que “solo anduvieron por tres o cuatro días y se fueron y volvieron los malos”, que son los que están “cuidando” la parte de Durango, y ya ha habido enfrentamientos, “se han agarrado a balazos y ponen retenes”, debido a que se cree que los que están en Santa Cruz son los del CJNG y los que ponen retenes en Canoas son los del cartel de Sinaloa, “y lo mas complicado y triste del asunto es que de la gente que levantaron de Mesa Alteña y Puerto Grande no se sabe nada, ni por qué se los llevaron, y hasta ahora esos lugares son localidades fantasmas, casas destruidas, en las que se metieron y sacaron camas revolvieron ropa y todo lo que había, ocho familias tuvieron que dejar sus casas, y ahora sabemos que utilizan las casa para vigilancia, hay gente en los techos, gente armada”.
Y “al padre de Santa Lucía que iba de repente a bautizar a Mesa de Torrecillas, en uno de sus viajes, iba pasando por un retén donde se armó un tiroteo y le tocó”, murió.
Los afectados piden al gobierno que intervenga, que participe “que los calme”, “que haga justicia, para que ya no haya esa gente” que “está mal lo que hacen”, “que no hagan retenes”, “que no se lleven a la gente”, no saben para qué se los llevan, “a algunos quizá porque los ocupan” en sus grupos.
Tienen miedo de volver a sus casas, no se sienten seguros, saben qué podrían no regresar.